A lo largo y ancho de la provincia los pueblos de Zamora se llenan estos días de color para celebrar el antruejo, que disfrutan sobre todo los niños y adolescentes, pero también algunos mayores.

Los más jóvenes incluso llevan los disfraces a los centros educativos, como fue el caso del colegio Virgen de la Salud de Alcañices, donde 90 niños y niñas se convirtieron en "hippies" y recorrieron las calles de la villa al ritmo de una charanga, muy metidos en su papel. Para la ocasión el churrero de Alcañices, Ángel López, preparó 550 deliciosos churros y la cocinera, María, elaboró un calentito chocolate con 20 litros de leche y cuatro kilogramos de cacao.

Pero en Roales del Pan fomentan el espíritu carnavalero en edades aún más tempranas, con los niños de la guardería, que se disfrazaron de superhéroes gracias al esfuerzo de las dos educadoras, quienes se ocuparon de que cada pequeño luciera la inicial de su nombre en el pecho. Esta guardería municipal sigue funcionando con ganas de estrenar el nuevo edificio, que ya casi está terminado y entrará en funcionamiento "en un plazo muy breve", según informa la alcaldesa, Berna Miguel.

En otros pueblos niños y adultos se unen para celebrar el carnaval a lo grande, como es el caso de Tola de Aliste, donde un total de 38 vecinos participaron en un particular desfile de antruejo que recorrió las calles del pueblo pidiendo, casa por casa, cuatro cosas: pan, aceite, huevos y azúcar. Los ingredientes son aprovechados después por las madres para elaborar las famosas torrijas de carnaval, que fueron el postre de la cena popular que ofrece el Ayuntamiento de Rábano en la casa concejo a base de escabeche con aceitunas negras y cebolla, además de chocolate para mojar las torrijas.

En Coreses fueron sobre todo los jóvenes los que se las ingeniaron para pasearse por el pueblo imitando a personajes de la cultura popular actual como al DJ Marshmello o a los protagonistas de la serie "La casa de papel", entre muchos otros".

Mientras tanto, la villa de Fermoselle era uno de las localidades donde la gente demostró un mayor esmero en la elaboración de sus disfraces. Además, la Casa del Parque de los Arribes del Duero organizó un taller de maquillaje artístico que aprovecharon fermosellanos de todas las edades.

Otros viven el carnaval de un modo más tradicional, como los vecinos de Vigo de Sanabria que recrearon su mascarada, la Visparra, en un encuentro en Braganza.