El toque manual de campana será considerado en toda España como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. La Dirección General de Bellas Artes publicaba en el Boletín Oficial del Estado de ayer, miércoles 27 de febrero, la resolución por la que se incoa expediente para esta declaración.

Este organismo, que depende del Ministerio de Cultura y Deporte, destaca que el toque manual de campana es "un lenguaje sonoro que ha funcionado a lo largo de los siglos como medio de comunicación, cumpliendo un conjunto de funciones sociales para la comunidad" y aclaran que esta protección "no significa poner en valor y asegurar la continuidad de una sola tradición común, compartida entre los diversos pueblos de España, sino que, por el contrario, supone proteger a cientos de sistemas locales de comunicación, con ciertas características compartidas por zonas, pero casi únicos, al borde de la extinción por dos motivos: la falta de campaneros y sobre todo la falta desensibilización hacia este fenómeno de comunicación".

Sin embargo, el expediente destaca la existencia de unas pocas escuelas de campaneros que pretenden dar continuidad a este lenguaje, citando expresamente a la puesta en marcha por la Asociación de Campaneros Zamoranos. No obstante, Bellas Artes advierte que "en España en su conjunto son pocas las asociaciones de campaneros en proporción al potencial campanero del país y muy vulnerables por la falta de apoyo de las administraciones".

A esta declaración ha ayudado la acción desplegada en distintas provincias de Castilla y León, Comunidad Valenciana y Andalucía el pasado 21 de abril para conmemorar el Año Europeo del Patrimonio Cultural, en la que se tocaron las campanas de forma simultánea en cientos de pueblos.

En la provincia de Zamora fueron 36 los campanarios que se sumaron a la iniciativa gracias al trabajo de la Asociación de Campaneros de Zamora, destacando el caso de pueblos con muy pocos habitantes o directamente vacíos, como Otero de Sariegos.

Además, la Asociación de Campaneros de Zamora, presidida por Antonio Ballesteros, ha transmitido esta tradición a más de 30 niños y jóvenes de la provincia a través de su escuela y su campanario portátil.