Agentes de Medio Ambiente y apicultores alistanos añaden otro posible enemigo para combatir la avispa asiática. Se trata de la Vespa crabro (avispón europeo), de mayor tamaño que la asiática, pero igualmente temida por el ser humano debido a su enorme tamaño, de ahí que en los últimos años y muy en concreto en la época estival, Medio Ambiente y bomberos de Tierras de Aliste hayan recibido decenas de llamadas de personas asegurando que tenían en sus casas o habían visto avispas asiáticas o asesinas, comprobándose que el 100% de los casos y lugares visitados correspondían al avispón europeo. Afirman los expertos que "desgraciadamente hoy en día los nidos del avispón europeo siguen teniendo mala fama, clasificándolos como muy peligrosos y siendo rechazados por los humanos debido a su gran tamaño y su ruidoso vuelo, sin tener en cuenta que son insectos que toda la vida han convivido con nosotros".

El problema surge ahora al ir eliminándose viejos robles o castaños secos o enfermos y caerse construcciones camperas, por lo que el Avispón Europeo ha buscado nuevos hogares entre los humanos ayudado por que en la mayoría de los pueblos cada vez hay más viviendas, corrales y pajares sin habitar o abandonados: haciendo sus nidos en aleros de los tejados e incluso en los interiores, huecos entre los cantiagos y chillas de madera (plataforma bajo la techumbre), huecos de las persianas y chimeneas.

Mientras que la asiática tiene colonias con miles de individuos, "se dice que hasta 4.000 en un solo nido, aunque lo normal son de 1.800 a 2.000, en los panales del europeo no superan los 800 por nido, aún así el mayor tamaño del europeo y la mayor aclimatación a nuestro terreno y que son competidoras entre ellas por el mismo alimento (abejas), se consigue que la Vespa crabro, con el tiempo pueda, si no eliminar a la velutina, sí que sean una barrera infranqueable para la expansión de la asiática en Aliste".

Por este motivo, los agentes de Medio Ambiente recomiendan que no destruyan los nidos del Avispón Europeo, siempre y cuando no hayan nidificado en el interior de viviendas o similares.