La Comarca Forestal de Aliste con 114.402 hectáreas gracias a su variada orografía marcada por las serranías, valles y llanuras, fue en los años cincuenta y sesenta uno de los últimos paraísos de la caza menor. La ganadería y la agricultura contribuían a mantener y alimentar la fauna donde abundaban las liebres, perdices y codornices: jabalíes y ciervos prácticamente ni existían. En cada pueblo los cazadores eran pocos.

En los años setenta fue cuando comenzaron a surgir los cotos: hoy la comarca suma concretamente 63 terrenos cinegéticos. La decadencia agrícola y ganadera ha contribuido a arrastrar en su caída a liebres y perdices, yendo al alza ciervos, corzos y jabalíes, también los cazadores.

Vecinos (residentes), emigrantes (y descendientes) y foráneos (arrendadores de cotos) comparten la pasión por el deporte de la caza que les lleva a recorrer a veces miles de kilómetros. "Hay veces que pasas doce horas en el coche para cazar dos". M.G.F. que se reconoce "más amante del campo que cazador en sí" echa sus cuentas y sentencia: "esto es algo que ni tu entiendes si lo analizas. Yo vivo en Andalucía, junto al Mediterráneo, y allí le hago al coche unos 6.000 kilómetros al año, me cuesta hasta sacarlo del garaje para ir a hacer la compra al mercado. Este fin de semana he recorrido 1.970 kilómetros, 985 de ida y 985 de vuelta, desde Málaga a Aliste, pasando a recoger a amigos por Sevilla y Extremadura, para venir a cazar, es un decir, porque yo nunca he matado nada, por pasar una mañana en el campo alistanos y comer un asado en tierras alistanas", y asevera: "de gastos mejor no hecho cuentas pero es una locura".

Algunos cazadores son conscientes y así lo reconocen del problema de supervivencia de la caza: «Cada vez somos más cazadores, -en muchos pueblos son más quienes tienen licencia que quienes allí viven-, y liebres, conejos, perdices y codornices cada vez hay menos. La única solución es desarrollar planes cinegéticos conjuntos de repoblación, sino salir al campo va a ser igual llevar la escopeta que dejarla en casa, porque no habrá nada que cazar: el futuro de cotos y caza depende de todos nosotros: los propios cazadores".