"Todos los días me acerco a la casa a ver; si se mueven las sábanas es que está vivo". Manuel de la Fuente, vecino de Bermillo, lanza una llamada sobre la "situación de emergencia" en la que se encuentra un anciano del pueblo, de 89 años, que vive solo en una casa completamente descuidada, enfermo, sin aseo personal, sin alimentarse más allá de las comidas que él y su mujer le llevan, y "últimamente muy desorientado".

El caso ha llegado a tal extremo que "es desesperante", a pesar de los intentos de los servicios sociales y sanitarios por convencerle para que ingresara en una residencia. "Se niega, no quiere salir de su casa y las asistentes sociales y las trabajadoras del CEAS dicen que si él no quiere, no pueden hacer nada en contra de su voluntad", explica Manuel de la Fuente después de los intentos desesperados por buscar una salida a la situación precaria del anciano. "También fui a la juez de Paz, al Ayuntamiento y el alcalde me dice que son los servicios sociales, pero chocamos con lo mismo, él no quiere nada de nada pero alguien tendrá que hacer algo".

El último cartucho estaría en manos del Juzgado, al que la Guardia Civil ha remitido las diligencias incoadas sobre la situación en la que se encuentra el casi nonagenario. "Hace más una semana de esto y de momento no se ha actuado" explica Manuel de la Fuente, quien regenta el Bar "Paco". Fuentes de la Guardia Civil confirman que a primeros de febrero agentes del Puesto de Bermillo instruyeron diligencias sobre el caso, después de recibir varios avisos del propio hostelero, que han sido remitidas al Juzgado de Guardia. Desde Servicios Sociales de la Diputación Provincial se han negado a facilitar cualquier tipo de información.

Como relata este vecino de toda la vida, con el que el anciano siempre ha tenido una relación cordial hasta el punto de comer en su casa con su familia, la situación se ha agravado en el último mes. "Llevaba ya una temporada que veíamos que no se aseaba, la casa ha ido de mal en peor, allí no hay quien entre. Yo le decía, esto no puede ser, pero no hacía caso, y a trabajadoras del Ceas tampoco les ha dejado entrar y actuar".

Hasta que un día se cayó y fue trasladado en ambulancia al hospital de Zamora; "al verle en esas condiciones la asistente social le dijo que estaría mejor en una residencia y pensamos que era la oportunidad para que saliera definitivamente de casa, pero estuvo una noche en Almeida donde le asearon, le pusieron ropa limpia. Pero nada, se puso violento y que él allí no se quedaba".

El anciano volvió a casa y la situación se hacía cada vez mas insostenible. En apenas horas "otra vez con el volante para Zamora porque tenía mal la pierna, se lo llevó la ambulancia y a la una de la madrugada volvían con él. ¡Qué iba a hacer yo!, llamé a la Guardia Civil, nada más entrar en casa se volvió a caer. Esto ya era imposible, los guardias hicieron un informe para mandarlo al Juzgado y la médica también ha hecho otro para apoyar y a ver si un juez actúa porque esta situación no se puede sostener", explica Manuel de la Fuente.

A la espera de una resolución, este vecino acude cada día a dar una vuelta a la casa del anciano, que "ya ni se levanta de la cama". ¿Qué come? "por allí tiene chocolate y galletas, pero la situación es inhumana, está desorientado, creo que si fuera un perro abandonado ya hubiera sido acogido por la Protectora" comenta el hostelero. Nadie como él para saber el "estado deplorable" de la casa que, de entrada, tiene una escalera "sin barandilla ni nada" para acceder.

Cuenta Manuel de la Fuente que al hombre, originario de Gáname aunque ha vivido toda la vida en Bermillo, "siempre le ha gustado ir a Zamora, pero últimamente los del autobús me llamaban diciendo que qué pasaba. Porque lleva un tiempo desorientado y muy descuidado".

Y no menos alarmante es la situación de la casa, llena de suciedad, sin calefacción ni unas mínimas condiciones de vida digas. "Esta situación es de emergencia, el Juzgado tiene que agilizar los trámites para ver si se puede llevar a este hombre a un centro, sino no se lo que puede pasar" insiste este vecino de Bermillo. Mientras, él acude a diario a ver si el hombre sigue vivo.