Domingo Miguel Pérez es el nuevo presidente de la agrupación folclórica alistana "Manteos y Monteras" que hoy mostrará los valores de la cultura tradicional de "La Raya" en Santiago de Compostela.

-¿Qué supone para usted presidir Manteos y Monteras?

-Ante todo uno orgullo, como para todos los alistanos y alistanas que dedicamos parte de nuestro tiempo a recuperar nuestras tradiciones y darlas a conocer a las nuevas generaciones. Escuelas y grupos como Manteos y Monteras, Aulas de Música de aliste y Tras Os Montes, Tierra de Tábara y Aires de Aliste de Pobladura, están haciendo una inmensa labor en este sentido.

-¿Cómo y cuando surge acudir a Luar para mostrar Aliste y sus valores al todo el mundo?

-Pablo Carpintero Arias, Consultor de la Unesco en Candidaturas a Patrimonio Material de la Humanidad, ha sido el auténtico artífice tras conocer nuestra labor a través de LA OPINIÓN-EL CORREO y en las redes sociales con Daniel Ferreira que nos acompaña a todas partes que vamos. Ir a Santiago de Compostela supone dos días de largos viajes pero merecerá la pena porque Luar es un programa que se ve en todo el mundo, nos podrán ver los gallegos de la diáspora, pero también los alistanos emigrados.

-¿Folclore y ser folclorista ha cambiado en los últimos años?

-Mucho y por suerte para bien. Llegó un momento en los años setenta y ochenta donde los gaiteros y dulzaineros estuvieron al borde la extinción, era imposible encontrarlos para bodas y fiestas patronales, y la indumentaria alistana dormía el sueño de los justos en los baúles. Hoy niños, jóvenes y mayores han aprendido a tocar la gaita y la dulzaina, visten la indumentaria y lo hacen orgullosos de ello. Cuando ves a niños de 5 o 6 años aprender a bailar y a tocar la gaita y la dulzaina, a vestir con orgullo manteos y capas pardas, asumes que la supervivencia de nuestra cultura a corto y medio plazo esta asegurada.

-¿Se toman medidas para salvaguardar la indumentaria?

-Así es. Ahí está lo bueno que también se están promoviendo talleres de formación donde muchas personas, la mayoría mujeres, pero también hombres, aprenden a elaborar trajes alistanos de hombre y mujer y a restaurar los más antiguos, así como la Capa Parda Alistana de Honras y Respeto.