Los vecinos de la pequeña localidad de Ufones han confiado el retablo mayor de su iglesia a la restauradora vallisoletana Virginia Flores Andrés, que en estos días trabaja dentro del templo construido en honor a santa Eulalia de Mérida para mejorar esta obra de estilo renacentista.

El coste de la restauración se sufraga con el dinero de los propios feligreses, mediante donativos anónimos, y a través de la venta de tazas de cerámica, a diez euros cada una, con la imagen impresa de santa Eulalia o de san Antonio. El montante asciende a 18.000 euros, o tres millones de las antiguas pesetas, como dice su vecina más longeva, Margarita Calvo Ballestero, que a sus 94 años recuerda perfectamente la asistencia, cuando era moza, a misas y rosarios casi todos los días del año, y que entonces la iglesia se iluminaba con antorchas, hachas y velas cuyo humo fue tiñendo de negro las paredes, las imágenes y el retablo. De ahí la necesidad de su restauración.

Ellos pagan la restauración, y ellos la supervisan. Los vecinos que quedan este invierno en Ufones van pasando a lo largo del día por el templo para ver cómo van los trabajos, echar un "parlao" con Virgina o llevarle un café calentito, ya que en el interior la temperatura ronda los 12 grados centígrados este mes de febrero. La que más se ocupa de que todo vaya saliendo según lo previsto es Marga López Calvo, hija de Margarita Calvo y "celebrante de la palabra", que está muy pendiente de todos los trámites administrativos oportunos, así como de las necesidades de la restauradora.

El retablo mayor de la iglesia de Santa Eulalia de Mérida, de Ufones, es de estilo renacentista, pero fue realizado a mediados del siglo XVII. La zona más alta, sin embargo, es posterior, realizada a mediados del siglo XVIII en estilo rococó.

La obra presenta una capa de negro humo que oscurece su policromía y los oros. Además, en la parte alta presenta huellas de antiguas humedades, por lo que la restauradora tendrá que tratar la madera para solucionar este problema.

En las labores de restauración se realizará una previa desinsectación, se retirará la capa de suciedad que oscurece el retablo y se limpiarán los oros. Asimismo, se repondrán las piezas perdidas o rotas, en las zonas donde haya desaparecido la policromía se llevará a cabo una reintegración cromática discernible, para terminar con un barnizado en la superficie total del retablo.

Según la propia restauradora, los trabajos "son lentos y minuciosos, ya que tengo que trabajar con elementos que no dejan una correcta lectura del retablo, como suciedad y barnices oscurecidos que he de retirar con sumo cuidado para no dañar la policromía original".

Virginia Flores es una experta conocedora del patrimonio Zamorano, ya que durante los años 2013-2015 realizó la "Catalogación y análisis conservativo de los retablos de la Provincia de Zamora", y ha participado en la restauración de los retablos de San Vitero y Valparaíso.

Las tarea de restauración, aunque sufragada por los vecinos de Ufones, cuenta con los permisos necesarios del Obispado de Zamora y del párroco de esta zona de Aliste