La llegada del invierno lleva al Ministerio de Fomento, a la Junta de Castilla y León y a la Diputación Provincial de Zamora a esparcir fundentes por sus respectivas carreteras para evitar la formación de placas de hielo y permitir que los coches circulen con seguridad en los días de nieve o temperaturas muy bajas.

Estas mezclas de sal consiguen su objetivo en la mayoría de las ocasiones, pero también un curioso efecto secundario: Tanto la fauna salvaje como el ganado de pastoreo acuden a las carreteras atraídos por el salado sabor de los fundentes. Especialmente cuando la nieve cubre los prados, corzos, ciervos, ovejas o vacas cambian por unos días las hierbas y brotes de los montes por el salado asfalto.

De esta forma, en algunas zonas de la provincia de Zamora se puede ver a estos animales ocupando la calzada mientras chupan la sal, campando a sus anchas y ajenos a coches y camiones. A la precaución que los conductores deben de tomar en estos días de nieve y hielo, se añade el tener que parar de vez en cuando por la presencia de animales, y tratar de espantarlos para proseguir el camino.

En la imagen se puede ver a unas vacas comiendo sal en una carretera de la sierra de la Culebra, en La Carballeda, hace pocos días.