Las cacerías (monterías, batidas y ganchos) comenzaron a desarrollarse la presente temporada el día 23 de septiembre de 2018 y finalizarán el próximo día 24 de febrero de 2019. Ahora se han intensificado al terminar la caza menor. Ateniéndonos a las solicitudes y a las autorizaciones, como especie más común que se persigue en esta modalidad de caza mayor es el jabalí, -"abunda mucho pero no siempre es fácil de abatir"-, pero también suelen autorizarse la captura de lobos, ciervos (ambos sexos) y corzos machos hasta el 14 de octubre. Eso sí, siempre y cuando que esté contemplada su caza en los panes cinegéticos y que estén autorizados estos. Las hembras de corzo y ciervo se autorizan ahora desde el 1 de enero al 24 de febrero. No obstante "los que tienen más pesquisa entre los cazadores foráneos dispuestos a pagar dinero son los machos". En algunos pueblos los propios cazadores reconocen que "preferimos no cazar las hembras por que son las que atraen los machos al territorio".

Próxima a terminar la campaña cada fin de semana se suceden monterías, batidas y ganchos. en los pueblos alistanos La jornada del 16 de febrero va a ser una de las más activas a nivel cinegético en las tierras alistanas y albarinas donde "Hunters Duero", entidad presidida por Alfredo García, monteará en un mismo día y a la misma hora por un lado el paraje "Los Molinos" de Cerezal de Aliste" y "Valcuevo" Ricobayo de Alba, en el municipio de Muelas del Pan.

Se trata de una zona con abundantes jabalíes y prueba de ello fue la montería celebrada el pasado mes de diciembre de 2018 donde 90 monteros con 32 rehalas y 56 rehaleros y acompañantes abatieron 45 guarros. La montería de jabalí sin cupo, a trofeo, tiene fijados unos precios de 80 euros y en ello se incluye la comida.

"Hunters Duero" prevé cerrar la temporada el día 23 en la dehesa "El Cubeto" de Peñausende (Sayago). En la última de Peñausende (Soguino), días pasados, se abatieron 62 jabalíes, de ellos 9 bocas-trofeos.

Es tal la solicitud de monterías para el próximo fin de semana que algunas rehalas alistanas han tenido que dividirse en dos , repartir los perros, para poder cumplir y estar a la vez de dos pueblos diferentes.