Aunque no tan transitadas como la Vía de la Plata o el Camino Sanabrés, otras dos rutas jacobeas atraviesan la provincia de Zamora hacia Santiago de Compostela: el Camino de Levante y el Camino del Sureste. Este último pasa en su tramo final por la Tierra de Campos zamorana para desembocar en Benavente, donde se une a la Vía de la Plata hacia Astorga y la ciudad del Apóstol.

Los peregrinos que eligen este camino parten de la ciudad de Alicante para cruzar La Mancha por Albacete y Toledo, sortear la sierra de Gredos hasta la ciudad de Ávila, y continuar hacia el noroeste por Arévalo, Medina del Campo y Tordesillas. Tras dejar atrás los Montes Torozos por Villardefrades (Valladolid) y cruzar el río Sequillo en San Pedro de Latarce, entran en la provincia de Zamora por un camino que bordea por el este el bosque conocido como Monte Raso de Villalpando, un gran pinar considerado el pulmón de Tierra de Campos, donde también hay presentes algunos ejemplares de encina, y tras salvar la autovía A-6 por un puente, se entra en Villalpando por el sur de la villa, un municipio que ofrece todo tipo de servicios a los peregrinos: bares, restaurantes, oficinas bancarias, Correos, centro médico, farmacia, alojamientos, tiendas de alimentación, bazar y cuatro iglesias para visitar, además de la monumental Puerta Villa que no se debe eludir para tomar una fotografía.

Pero lo más importante, Villalpando cuenta con un albergue para peregrinos, de gestión municipal, que está entre los mejores valorados de esta ruta jacobea a su paso por Castilla y León. El albergue se encuentra en un piso remodelado para este fin por el Ayuntamiento de Villalpando en el año 2010, con la pequeña ayuda de una subvención del Patronato de Turismo de la Diputación Provincial de Zamora de 2.500 euros. La inauguración se llevó a cabo coincidiendo con el último Año Santo Compostelano. Con ello Villalpando consiguió sumarse a uno de los principales reclamos de Castilla y León para atraer turistas nacionales e internacionales, los Caminos de Santiago, con el objetivo de ayudar al comercio y la hostelería locales.

El albergue está ubicado junto al centro de salud -en las antiguas casas de los maestros- y cuenta con tres habitaciones equipadas para que duerman un total de seis peregrinos a la vez. También dispone de un baño con ducha, cocina completa, lavadero, una pequeña terraza y una sala común donde se halla el libro de visitas, abierto por la página en la que han firmado tres peregrinos hospedados en este albergue a lo largo del último mes: un francés, un alemán y un belga. Todos ellos han expresado lo cómodos que se sintieron en el hospedaje villalpandino.

Aunque es invierno y esta ruta jacobea no es tan popular como el Camino Francés, el Camino del Norte o la Vía de la Plata, no son pocos los extranjeros que se deciden por el Camino del Sureste, que ofrece la oportunidad de recorrer la península Ibérica de un extremo a otro atravesando una variedad de paisajes y climas muy diferentes. En los últimos años ha ido ganando relevancia gracias al esfuerzo de asociaciones como la de Amigos del Camino de Santiago de Alicante, y recientemente ha sido promocionado por la Junta de Castilla y León en Fitur, la Feria Internacional de Turismo de Madrid, junto al resto de caminos jacobeos que pasan por esta Comunidad.

Tras pasar una noche en Villalpando, la ruta continúa por Cerecinos de Campos y San Esteban del Molar hasta Benavente, ciudad que también cuenta con un albergue junto a la antigua estación del tren.

En este punto muere el Camino del Sureste en la Vía de la Plata, que continúa hacia el norte hasta Astorga, aunque existe un ramal que prolonga la ruta del Sureste desde Benavente hasta Santa Marta de Tera, donde se une al Camino Sanabrés. Esta variante de unos 26 kilómetros discurre por los términos de Santa Cristina de la Polvorosa, Mózar, Villanázar, Vecilla de Trasmonte, Colinas de Trasmonte y Sitrama de Tera hasta llegar a Santa Marta, localidad que destaca por su iglesia románica. El tramo fue señalizado en el año 2011 por la Diputación de Zamora, después de que lo pidieran los alcaldes de los municipios afectados. Para ello la institución provincial invirtió cerca de 200.000 euros en varios paneles y monolitos de granito que se colocaron en numerosos puntos del trazado.