La ganadera Luisa Tábara de Cerdillo, encerraba las vacas ayer, sobre las siete de la tarde, cuando se alarmó al ver al menos tres lobos en la zona de la línea eléctrica, que fue despejada de vegetación recientemente y que brinda una buena vista de la amplia franja de terreno. La proximidad con la zona donde recoge el ganado alarmó a la ganadera y su familia, y a los mastines que salieron en persecución de los tres lobos hasta la zona de Pedrazales.

"No van a hacer nada hasta que no ataquen a una persona", denunciaba Luisa tras comunicar la muerte de una yegua en los prados del Cambil en un ataque, el enésimo, de la manada de lobos que tienen en jaque a los ganaderos de varios pueblos, dentro y fuera del Parque Natural.

Los agentes medioambientales levantaron ayer informe de la nueva pérdida, una yegua de 17 años "que estaba en la mitad de su vida" como describía su propietaria. Un animal "muy dócil y muy noble, que criamos en casa y que era el que yo usaba para ir con las vacas. No he querido ni ir a verla de la pena que me da" testimoniaba Luisa Tábara. El viernes, su hijo Fernando, encontró el animal pero la nevada retrasó el poder acceder hasta él, "no se podía pasar por la cantidad de nieve que había". Estaba a escasa distancia del pueblo, en los prados más próximos donde pastorean los tres caballos de la explotación y donde estos días de nieve se les estaba echando comida".

Ayer a la puesta del sol, los lobos volvieron a seguir a la vacada hasta el recinto de la explotación, cercado con alambre y custodiado por los mastines, aunque ayer salieron en persecución de los tres lobos que volvieron a merodear a la vacada. Unas pérdidas que van siendo inasumible para los ganaderos. El círculo en el que opera esta manada está bastante bien definido por los ataques a los animales, desde Trefacio, Pedrazales, Rabanillo y Cerdillo.