Los ganaderos de Gáname viven cada jornada en vilo porque un lobo joven, a juzgar por las apariencias, sale prácticamente "todos los días de caza" -y lo hace con éxito- desde sus amagos en los ámbitos de la dehesa de La Albañeza.

Es visto una y otra vez por los ganaderos que pastorean el ganado porque el cánido ejerce su predación "a pleno día". Aprovecha que los dueños abren las puertas de las naves y sacan sus reses al campo para alimentarse, y es entonces cuando busca la oportunidad haciendo uso de sus instintivas maneras.

Ayer tocó la desgracia a la explotación de Ana María, que tuvo la ocasión de percatase del ataque porque asaltó "hacia las 11.30 horas de la mañana, cuando estábamos en el careo con el ganado". El alboroto puso a la pastora sobreaviso, pero bastó un abrir y cerrar de ojos para causar el daño. Cuando la ganadera se acercó presurosa hasta donde se había producido la espantada del ganado halló a una oveja agorgojada y herida de muerte. El lobo clavó los caninos en la garganta de la oveja sin contemplaciones y de forma certera y profesional. Llevada para la nave, la oveja murió "a los cinco minutos" porque no hubo remedio contra la dentellada.

"Es un lobo que vemos salir una y otra vez de La Albañeza" expresa Ana María, que la pasada semana consiguió evitar otro ataque del superpredador a sus animales. En esta ocasión con fortuna "porque cuando le vimos comenzamos a dar voces y marchó". No fue lejos, sin embargo, ni huyó para emboscarse de nuevo, sino que decidió resolver su misión predadora en las ovejas de otro ganadero de Gáname a quien "mató tres".

La presencia de este lobo y fijación con los ganados de Gáname crispa a los afectados, que no quitan ojo durante las horas de campeo porque saben que tienen en casa al que consideran el enemigo número uno.

Para Ana María la solución "es que lo maten o que lo lleven para otro sitio, donde tengan a los lobos encerrados, porque así no podemos vivir". En su criterio lo mejor es que "se lo lleven los que quieren vivir del lobo porque los ganaderos ya damos mucho con alimentarlo. Y si algunos quieren lobos para verlos pues que nos paguen por dar a estos animales de comer".

Ana María cuenta con una explotación de 600 cabezas de ovino. Gáname, junto con otros pueblos de la zona, como Fresnadillo, es un territorio que registra un importante número de ataque de lobos y de animales muertos cada año. Es un escenario donde la práctica de la ganadería extensiva, distinguida por animales que pastan a sus anchas y felices, se ha visto convulsionada por la entrada del lobo tras su expansión hacia el Sur del Duero. Es el lugar al que acudieron técnicos de la Comisión Europea para ver con sus propios ojos la convivencia y conocer las tensiones del lobo y del ganadero. Y, según se dijo, para tomar nota y adoptar las medidas convenientes.