Sin piezas de autor, sin esculturas, sin bocetos, sin objetos personales, solo a base de paneles, la figura de Baltasar Lobo -los retazos de su vida y la evolución de su obra- han sorprendido favorablemente al público sanabrés y a los turistas que en poco más de dos días han podido visitar la sala de exposiciones de la villa. La galería abrió sus puertas el viernes en el castillo de Puebla, con el objetivo de divulgar la figura del escultor, nacido en Cerecinos de Campos en 1910.

La muestra "Inteligencia y sensibilidad en el arte de la abstracción", promovida por la Asociación Amigos de Baltasar Lobo, acerca al público más olvidado, a este renombrado escultor contemporáneo de talla internacional que vivió exiliado en París desde 1939 y que nunca se olvidó de su país. Prueba de ello es que donó su colección a la ciudad de Zamora. El escultor amigo de Picasso, Henri Laurens, compañero de una primera exposición con Matisse y Léger, Premio de las Artes y las Letras de Francia y premio Nacional de Artes Plásticas de España? aprendió de su padre, carretero carpintero, a tallar la madera con herramientas agrícolas.

Artista desde niño

De familia humilde, ayudaba en el taller de carpintería cuando volvía de la escuela. De niño modelaba pequeñas figuras de barro con la arcilla sobrante de la fábrica de tejas del pueblo que cogía a escondidas. Modelaba los animales que pasaban todas las semanas a la feria de Benavente. El panadero le deja cocer las figuras en el horno. Unos modestos orígenes para una figura del arte internacional, marcada por la guerra civil, su ideología republicana y una dilatada obra escultórica donde la figura de la Maternidad es su obra más significativa.