El de ayer fue un día alegre y a la vez triste para la villa de Tábara. Los jubilosos sonidos del folclore popular y los colores resplandecientes de los bordados que vestían cerca de 1.200 mujeres llenaban la Plaza Mayor con motivo del IV Encuentro Provincial de Águedas, pero al mismo tiempo pesaba el pensamiento de que faltaban dos "hermanas" en esa fiesta: Laura Luelmo y Leticia Rosino, víctimas de la violencia machista. Por eso tanto la Águeda Mayor, Ildefonsa Salgado Santos, como la presidenta de la Diputación Provincial de Zamora, Mayte Martín Pozo, hicieron un llamamiento a acabar con esa lacra social "que es la mayor expresión de la desigualdad", en palabras de la presidenta.

Igualmente, tampoco se podía obviar la trágica muerte del niño Julen en Totalán (Málaga), por quien el alcalde de Tábara, José Ramos San Primitivo, pidió un minuto de silencio antes de dar la bienvenida a todas las águedas que visitaban su pueblo y entregarle el bastón del Ayuntamiento, el micrófono y el protagonismo a Ildefonsa Salgado. Esta tabaresa recibía la vara de mando "con mucho cariño, porque es muy importante para mi", pues ya la portó con orgullo durante ocho años consecutivos, cuando fue alcaldesa de Tábara entre 1983 y 1991.

Desde el balcón del ayuntamiento, acompañada de Martín Pozo, de Ramos San Primitivo y de Maribel Escribano (diputada provincial de Política Social e Igualdad), "Ilde" Salgado Santos animó al resto de hermanas de santa Águeda a combatir la desigualdad en el ámbito laboral, "donde existe una brecha salarial y de responsabilidades", en el ámbito doméstico, y para erradicar la violencia y el acoso sexual, siempre con "propuestas de actuaciones concretas" en las instituciones. "Los hombres deben sumarse a la batalla femenina sin miedos ni excusas. Hay que acabar con el machismo, el acoso y la discriminación en todas sus formas", resumió la Águeda Mayor en un discurso preciso y motivador demostrando todo el bagaje acumulado durante su larga trayectoria política que le llevó a ser, además de alcaldesa, procuradora en las Cortes de Castilla y León, senadora por Zamora y presidenta del grupo de acción local Adata.

También la presidenta de la Diputación se dirigió a las 1.200 mujeres congregadas en la Plaza Mayor a iniciativa de los Centros de Acción Social de la institución provincial -que organizaban este encuentro-, llamándolas a todas ellas a "reivindicar juntas nuestros derechos, creernos nuestras virtudes y celebrar juntas nuestros éxitos" porque las mujeres "somos el pilar fundamental para el mantenimiento de nuestros pueblos". Mayte Martín Pozo quiso hacer especial hincapié en la necesidad de "erradicar la violencia de género para que episodios como los de Laura, como los de Lety, no se vuelvan a repetir, y para que niñas como las que vemos aquí delante no tengan que sufrir esa lacra". Pero también llamó a trabajar "para que los jóvenes puedan desarrollar su proyecto de vida en nuestra provincia: que nadie nos tenga que decir lo que podemos o no podemos conseguir".

Los actos oficiales terminaron con un mandato de la Águeda Mayor para el resto de hermanas: "Que paséis un feliz día, que os divertías, cantéis y bailéis hasta agotaros".

La danza de paloteo, en femenino

Tras la parte institucional y reivindicativa de la jornada llegaba la festiva y religiosa. Las águedas más jóvenes de Tábara entretuvieron al personal con una exhibición de danza de paloteo, un modo de baile tradicional de la villa del Beato que antes estaba reservado a los hombres, hace años se abrió también a las mujeres, y ayer lo interpretó un grupo de chicas con gran pericia y gracia.

IV Encuentro provincial de águedas en Tábara

IV Encuentro provincial de águedas en Tábara

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción se quedó pequeña para acoger a tanta devota de santa Águeda en la misa oficiada en honor de la mártir. Por eso algunas de las mujeres permanecieron en la plaza, donde en ningún momento se dejaron de oir las jotas y rondas tradicionales que decenas de mujeres bailaban haciendo volar sus manteos. Otras aprovechaban para visitar el mercadillo que ocupaba una buena parte del ágora tabaresa.

Tras la Eucaristía, los grupos de cada comarca se organizaron para desfilar ordenados hasta el pabellón municipal, donde les esperaban las 1.200 raciones de comida, llevando la música, la algarabía y los vivas a santa Águeda a su paso por las calles de Tábara.

El mosaico de colores que recorrió la villa, formado por cerca de 1.200 trajes tradicionales, es en gran parte resultado del trabajo de los Centros de Acción Social de la Diputación de Zamora, que entre sus muchas actividades para dinamizar de la vida de los pueblos organizan talleres de bordados en los que las mujeres confeccionan sus propios trajes, asegurando de esa manera no solo la supervivencia de la festividad de santa Águeda, sino del folclore zamorano en general y de muchas tradiciones locales en las que este tipo de prendas son una parte imprescindible.

A lo largo de los próximos días, las mismas 1.200 mujeres que ayer se lo pasaron en grande seguirán sacando partido a sus vestidos en sus respectivos pueblos celebrando santa Águeda.