Dos apicultores de la localidad alistana de Gallegos del Campo han convertido su sociedad "Las obreras de Aliste & Artesanos de la miel" en la primera empresa apícola de Castilla y León que ha inscrito su huella de carbono y ha firmado el compromiso de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el registro del Ministerio para la Transición Ecológica.

De las 106 empresas que tienen calculada la huella de carbono en las nueve provincias de Castilla y León, esta de Gallegos del Campo es la única agraria de zamora -las otras dos que existen son de Valladolid-, así como la única empresa apícola de la región, según los datos ofrecidos por el Ministerio para la Transición Ecológica.

Según los apicultores alistanos: "Abogamos por la utilización racional de los recursos naturales y la preservación del medio ambiente como importante factor de competitividad, sobre todo en el sector alimentario, donde la principal materia prima son los recurso vivos, animales".

La explotación apícola "Las obreras de Aliste" fue puesta en marcha hace varios años en la localidad alistana de Gallegos del Campo (Municipio de Figueruela de Arriba) por Guillermo Díez Fernández y Adoración Prieto Ballestero, cuenta con alrededor de 350 colmenas, y los propios consumidores le han otorgado entre sus méritos «haber conseguido una miel de alta calidad, certificada, alimento imprescindible en toda aquella dieta equilibrada, sobre todo para las personas mayores que a lo largo de su vida hayan padecido carencias alimentarias".

Ello llevó el pasado año 2018 a la Asociación de Defensa del Ámbito de las Personas Mayores a reconocerles su labor concediéndoles el premio "Ariel" a la labor de apoyo a las zonas más despobladas y envejecidas del medio rural español. Ya entonces se le reconocía "el esfuerzo y gran dedicación por la promoción, fomento, desarrollo y ejecución de actividades que contribuyan a un mejor conocimiento y una mejor producción, calidad y productividad de la apicultura sostenible".

El proyecto de instalación y gestión de apiarios y de la industria extractora y envasadora de "Las Obreras de Aliste" de Gallegos del Campo se ha llevado a cabo por el ilustre Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias.

Santiago Escribano Pintor, doctor ingeniero y profesor de Derecho Agrario en la Universidad Politécnica de Madrid, además de miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias manifestaba ayer que "la apicultura supone para la comarca de Aliste, así como para el conjunto de Zamora, una alternativa de desarrollo social y económico endógeno, tanto para los productos de calidad que genera, como por los valores medioambientales y paisajísticos que favorece. En este sentido es grato conocer como Las obreras de Aliste se involucran no solamente en la producción de miel de calidad sino también en la protección del medio ambiente"

Fruto de esta implicación, asevera el experto, en la conservación del medio ambiente y lucha contra el cambio climático es que "Las obreras de Aliste" forman parte también de la plataforma "Comunidad & Por el Clima", iniciativa pionera con el objetivo común de ser protagonistas de la acción contra el cambio climático de acuerdo a las directrices marcadas por el Acuerdo de París. Así mismo se encuentra adherida a la "Alliance to end plastic waste" que tiene el objetivo, a nivel mundial, de reducción del uso de plásticos, unos de los mayores contaminantes del medio ambiente.

Por otra parte están registrados dentro de las plataformas "Million pollinator garden challenge", "Honey heaven" y "BeeConnected" que reúnen a agricultores y apicultores de Europa en sus sistemas de alerta ante posibles tratamientos que pudieran resultar perjudiciales a los polinizadores. "Las obreras de Aliste "está certificada así mismo por el "New York Bee Sanctuar'y dentro del "Pollinator friendly land certification program", pues "el respeto al conjunto de polinizadores, no solo a las abejas, así como al medio ambiente, es uno de los objetivos de esta pequeña empresa zamorana de Aliste".

En un año bueno la comarca de Aliste, según los cálculos de los propios apicultores alistanos, puede llegar a producir en torno a 120.000 kilos de miel de tomillo, brezo, castaño, encina, roble y quiruela. En la pasada campaña de 2018 la producción de la miel negra de roble fue bastante escasa debido a las lluvias de finales de primavera.

Las castras en la comarca fronteriza de Aliste se suelen realizar en el mes de septiembre, solamente una, en las colmenas estantes, y a principios de verano una y a finales de la época estival otra, en el caso de las abejas trashumantes.