La Consejería de Cultura y Turismo cerró esta semana el plazo de presentación de propuestas para ejecutar las obras de rehabilitación de las cubiertas de la iglesia monasterio. El presupuesto asciende a 476.580 euros, con el IVA. El proyecto, que se enmarca dentro del Plan de Intervención Románico Atlántico, abordado por la Fundación Santa María la Real y la Junta, ha sido redactado por los arquitectos Juan Carlos Prieto Vielba y Jesús Castillo Oli.

El edificio ha sido sometido a 15 intervenciones desde 1929 hasta 2013, aunque algunas de ellas no se llegaron a ejecutar y en otras ocasiones fueron intervenciones desafortunadas o hubo que rescindir el contrato con la empresa constructora. Las condiciones de humedad y temperatura están monitorizadas desde el año 2013, tras la intervención en la cubierta de la sacristía y el seguimiento del estado de la cubierta en las tres naves del edificio.

La Junta justifica el proyecto en base al estado de la cubierta de las tres naves de la iglesia, que presenta numerosas filtraciones, debido al mal estado de la cubrición de la pizarra y piedra, además de la capa de mortero que soporta el tejado. Su conservación está agravado por la escasa ventilación del espacio bajo cubierta. Se subraya que "a consecuencia de la falta de ventilación aparecen las manchas de humedad y la colonización de vegetales en fachadas y tejado".

La intervención, en este caso, se centrará en mantener el edificio en condiciones óptimas de uso y mantenimiento, puesto que se detectan lesiones en la cubierta de la nave principal y laterales que producen defectos aparentes en la construcción, como aparición de filtraciones recurrentes a lo largo del tiempo, manchas de humedad, o condensaciones superficiales en la bóveda del crucero. La superficie total construida de este edificio es de 918 metros cuadrados.

La iglesia de San Martín presenta, según el documento, una condición estructural adecuada de uso; aunque existen lesiones que en la actualidad no suponen un riesgo para los usuarios, pero que con el transcurso del tiempo posiblemente puedan ser causa de graves patologías estructurales. En el apartado de paramentos los muros presentan fisuras y la estructura de cubierta empieza a padecer humedad debida al mal estado de la cubrición de la pizarra.

Estas lesiones están presentes en la zona de la cubierta central, cubierta del transepto y en los encuentros de las cubiertas con los paramentos. Esta humedad debida a la mala situación en la que se encuentra la pizarra y una inadecuada solución constructiva, obliga a proponer una sustitución de los elementos de impermeabilización en las cubiertas de la nave central, el transepto y las naves laterales norte y sur.

La humedad es origen de la aparición de manchas y colonizaciones vegetales en las fachadas, algunas de las que, en caso de evolucionar, podrían ser perjudiciales para el monumento. La propuesta es mejorar la funcionalidad de la cubierta colocando un nuevo sistema de cubrición con acabado en pizarra que asegure la impermeabilidad y ventilación de la nave central, el transepto y las naves laterales. Además se limpiarán someramente las fachadas en aquellos puntos en los que la evolución de los daños puede derivar en problemas más graves.

Con la apertura de las cubiertas se realizará un estudio arqueológico que documente la situación actual de las bóvedas y los paramentos ahora ocultos por los faldones. Con esta intervención, aprovechando la instalación de los medios auxiliares por el exterior, se realizarán acciones de saneado de las fábricas en peor estado.

Mil años de historia

Como bien recogen los arquitectos del proyecto, el monasterio fue uno de los mayores complejos religiosos de la provincia de Zamora hasta el siglo XIX. Tras la desamortización de Mendizábal desapareció parte de su conjunto histórico pero aún existen dos espacios de gran interés: por un lado la iglesia y por otro la parte que albergaba el Centro de Interpretación del Parque Natural del Lago de Sanabria y en proyecto su conversión en Centro de Interpretación del Cister.

De origen desconocido, se sabe que el cenobio fue reconstruido en el 921 por monjes mozárabes procedentes de Córdoba, conservándose el epígrafe fundacional. Posteriormente, en el siglo XII, sería reformado por iniciativa de Alfonso VII que ha llegado hasta nuestros días, y a la que pertenece la iglesia, exceptuada la parte destruida en el siglo XIX.

La iglesia es un edificio con grandes pilares cuadrados estructurada en tres naves. San Martín de Tours es el patrono y su imagen se conserva en el interior de este templo, pero además en el friso de la puerta, se encuentra esculpida en piedra otra imagen del santo a caballo, cortando la capa con su espada para darle la mitad a un pobre. Otra imagen de gran valor es el de la Virgen de la Peregrina, patrona del pueblo y cuya fiesta se celebra el primer domingo de septiembre. Estas imágenes, junto con el retablo renacentista y la sillería del coro, forman un conjunto de gran valor.