Los embalses zamoranos están más que receptivos a la llegada de precipitaciones para engordar su volumen de agua y dar juego a los grupos de generación y, en consecuencia, colmar las redes y el sistema eléctrico de kilovatios.

El gran embalse de Ricobayo, en el Esla, con una capacidad de 1.200 hectómetros cúbicos, ofrecía ayer un depósito de algo más de 473 hm3, con un caudal vertido de 284,9 metros cúbicos por segundo, y una tendencia del mismo al alza, y a la baja en el embalsado, según datos de la Confederación Hidrográfica del Duero.

En lo que respecta a los embalses concatenados para el aprovechamiento del río Tera, Cernadilla, con capacidad para 255,5 hectómetros cúbicos, contaba ayer con un volumen de 92,7 hm3 y ningún vertido; Valparaíso, con capacidad de 163,5 hm3, registraba un total de 157,2 hm3; y Agavanzal, con una capacidad de 36 hm3, contenía 28,4 hm3 y vertía 4.600 litros por segundo.

El gran embalse de Castilla y León, Almendra, extendido por 8.50 hectáreas de la cuenca del Tormes, entre Zamora y Salamanca, dispone en estas fechas de 1.033 hm3, siendo su capacidad máxima de 2.648. Su vertido ecológico, para el mantenimiento del ecosistema en el tramo final del Tormes en su desembocadura el Duero, es estos días de 2.400 litros por segundo.

Los embalses Villalcampo y Castro, en el Duero, debido a sus características, presentan unos altos niveles de llenado y unos altos volúmenes de agua importantes.

Villalcampo contaba ayer con un volumen embalsado de 60 hectómetros cúbicos, cuando su capacidad es de 66,5 hm3, registrando un vertido de 268 m3 por segundo, y Castro, con capacidad de 27,3 hm3, un volumen de 25,6 hectómetros cúbicos.