El director general de Patrimonio, Enrique Saiz, el director de la Fundación Iberdrola España, Ramón Castresana, la alcaldesa de Losacino, Ana María Barrera, y el delegado del Gobierno, Alberto Castro, presentaron ayer la restauración del conjunto de pinturas murales y la mejora de la iluminación de la iglesia de Santa Eulalia de la pedanía de Muga de Alba. Ambas actuaciones han sido desarrolladas al alimón entre la Junta de Castilla y León y la Fundación Iberdrola dentro del Plan Románico Atlántico, en el que también participa el Ministerio de Cultura de Portugal, para promover la utilización de las nuevas tecnologías para la conservación del patrimonio y la eficiencia energética.

Saiz declaró que este proyecto supone "un hito más para la recuperación y puesta en valor del desarrollo territorial" y una forma de "generar nuevos reclamos para los municipios cuya economía gira en torno al turismo rural y de naturaleza".

Las actuaciones han supuesto una inversión de 74.000 euros, de los cuales, 43.000 se han destinado a la restauración del conjunto de pinturas murales y 31.000 a las acciones de iluminación y monitorización del templo. El director de la Fundación Iberdrola recordó que la organización "ha participado en la restauración de más de 25 templos" dentro del Plan Románico Atlántico con una inversión superior "a los tres millones de euros". Ramón Castresana adelantó ayer en Muga de Alba que la intención de la fundación es continuar con el programa en un futuro, aunque también dejó entrever que la continuidad del plan dependerá del resultado de las futuras elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo.

Ana María Barrera, alcaldesa de Losacino, municipio del que depende la pedanía de Muga de Alba, quiso destacar la importancia que tendrá esta intervención sobre la economía de la zona, la cual ha ido transformándose desde la ganadería y la agricultura, cada vez más depauperadas, hacía el modelo turístico. Asimismo, Barrera aprovechó para solicitar a los organismos allí representados "la posibilidad de descubrir las imágenes que se encuentran en otras partes del templo".

Esgrafiados del siglo XVI

El conjunto de pinturas murales, restaurado por la Junta de Castilla y León, se realizó en el siglo XVI (la aplicación práctica puede extenderse al siglo XVII) para enriquecer y remozar la zona más relevante del templo: la cabecera, con motivos ornamentales esgrafiados sobre mortero y varias escenas figurativas. Unas imágenes protagonizadas por las aliteraciones hagiográficas de diferentes santos

A modo de falso retablo, en uno de los lados de la parroquia aparecen representadas las figuras de San Antonio de Padua, Santiago Matamoros y San Martín de Tours y, en el otro, una Anunciación y una santa mártir. Completa el conjunto la decoración esgrafiada, realizada con plantilla, que crea un contraste de colores y texturas para enriquecer los humildes materiales constructivos con los que se levantó el edificio, construido en sillarejo y mampostería.