Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente completaron ayer una carrera contrareloj por los pueblos de la comarca de Sanabria y Carballeda, sin olvidarse de ningún niño ni de ningún abuelo. Reyes y pajes disfrutaron de un buen día, aunque se arroparon con las capas a medida que avanzaba la tarde porque las bajas temperaturas no tardaron en llegar.

La presencia de las majestados en la villa de Puebla fue seguida por una verdadera masa humana que los recibió después de que la comitiva llevara la ilusión a los pueblos de Robledo, Ungilde, Castellanos.

Sus Majestades abrían las cabalgatas por la mañana en Ilanes y Rabanillo -en el municipio de Galende- para entregar sonrisas, roscones y caramelos entre los vecinos que acompañaron a los Magos de Oriente en tan grato día. Apurado el café con roscón, sus Majestades abrían otra de las rutas de entrega de regalos por el municipio de Cobreros, desde Barrio para recorrer los trece pueblos del municipio entregando obsequios a grandes y pequeños. Sus Majestades de año en año van rejuveneciendo en año, se diría que están en edad de cursar bachillerato.

A su paso por Galende un nutrido grupo de vecinos esperaba, con los niños como protagonistas de los desfiles, a recibir los obsequios de Sus Majestades, un anticipo de los regalos que por la noche llegarán por los balcones con ayuda de algún que otro experimentado paje. Chocolate y roscón para entretener el descenso de las temperaturas.

En Castromil de Sanabria, los Reyes Magos dejaban el protagonismo a los personajes del Reinado, el Rey Manuel Ferreira Diéguez y su Virrey Julio Nieto Garrido, que acompañado de los vecinos recorrieron el pueblo. A lo largo de estos días, todo el pueblo ha vivido las comidas comunitarias y animado las fiestas con gaitero y tamborilero. Castromil vive desde siempre el Reinado con unos niveles sobresalientes.

Los Reyes se pararon en Mombuey para recoger algunas cartas pendientes y entregar los primeros regalos de la noche de Reyes, pero antes recorrieron las calles para contar a todos los niños que iban a visitar de noche. Fue una tarde noche mágica e imborrable.