El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, apeló ayer a "no criminalizar" a todos los sacerdotes por los casos de pederastia, a la vez que señalaba que "la mayoría de los casos de abusos se da en los ámbitos familiares", sin que a su juicio "nadie focalice" sobre ellos esta cuestión. En un desayuno informativo con los periodistas tras su ordenación episcopal el pasado 15 de diciembre, Gil Tamayo señaló que en este asunto, la Iglesia está "empeñada en un trabajo serio", en el que "se prime a las víctimas" y "yendo con seriedad", informa la agencia Efe.

"La urgencia, no nos puede quitar de la seriedad y de ponerlo en un primer plano", argumento el prelado, antes de apuntar que en esta dirección se está "trabajando en coordinación con la Santa Sede". Tras defender la necesidad de "pensar en las causas, en los remedios y en la prevención", poniendo el cuidado "de los más pequeños, débiles e indefensos en este sentido, para que tengan una vivencia en la Iglesia segura". Al mismo tiempo, el obispo de Ávila quiso "llamar la atención" en lo que ha denominado "justicia informativa", de manera que "no se polarice en una institución como la Iglesia, donde la inmensa mayoría de los sacerdotes están entregados, poniendo sólo el punto negro en que es una minoría".

"Una minoría tan pequeña, que es en la que participa el resto de colectivos en la sociedad", ha argumentado Gil Tamaño, antes de añadir: "Está demostrado que la mayoría de los casos de abusos se dan en los ámbitos familiares y nadie focaliza sobre los ámbitos familiares esta cuestión".

En este sentido, pidió "no focalizar y no criminalizar a un colectivo tan benemérito y de tanta entrega como los sacerdotes en todas las partes del mundo" precisa la información de Efe.

Al respecto, defendió la existencia de "justicia" y la necesidad de "primar la atención a las víctimas, investigar, prevenir y educar para la prevención, haciendo de la Iglesia un lugar seguro", al mismo tiempo que ha reiterado que no se "criminalice" a todos los sacerdotes.