La Educación y la Sanidad pública en Villaralbo han tenido dos nombres propios en las últimas tres décadas: Carlos Rubio Álvarez y Rosario Pérez Morillo. La llegada de la pareja se remonta al año 1983, cuando la joven enfermera comenzó a trabajar en el consultorio de la localidad tras dar sus primeros pasos en otros centros de la provincia. La buena acogida que tuvo la familia les llevó a establecerse en Villaralbo y el maestro -conocido entre sus alumnos como Don Carlos- ingresó en el CEIP Nuestra Señora de la Paz en el curso 1984-1985. Hasta este año.

La reciente jubilación de Carlos y Rosario ha privado a las nuevas generaciones del trato humano y familiar que les han hecho merecedores de la Medalla de Oro la Villa de Villaralbo. El Ayuntamiento, dirigido por Ana Belén González Rogado, aprobó en el último pleno entregarles la máxima distinción en un acto que tendrá lugar el próximo 20 de enero, coincidiendo con la cercana festividad de San Ildefonso. González Rogado reconoce en las dos figuras la "cercanía y comprensión" que les caracteriza y se rinde ante una "vocación ejemplar" de servicio a la comunidad.

Villaralbo ha evolucionado a la par que sus respectivas carreras. "El cambio mayor en este tiempo ha sido la forma de enseñar. Hace 30 años se daban lecciones magistrales y los alumnos se apañaban como podían. Eso evolucionó a un sistema de enseñanza global, partiendo de los intereses de los alumnos", rememora Carlos Rubio. El maestro de varias decenas de generaciones de villaralbinos se siente "afortunado" de haber trabajado en un colegio que siempre ha estado a la vanguardia de las nuevas tecnologías en las que se apoya un moderno modelo de enseñanza. Rosario Pérez, por su parte, se enorgullece de haber acompañado a los villaralbinos en la mejora de su salud.

"He trabajado muchísimo en la alimentación, en las dietas. He machacado mucho con los distintos grupos de alimentos y como mezclarlos. Los avances se han visto poco a poco pero siempre acaba calando la responsabilidad de tener una buena alimentación", explica la enfermera.

Los vecinos de Villaralbo, muchos de ellos exalumnos y expacientes, y también sus compañeros de profesión destacan en las la "excelencia" y el "cariño" en el trato que han dispensado ambos profesionales y les desean una "nueva etapa feliz".