Los alcaldes de Roales del Pan y Zamora han concertado una nueva reunión para el mes de enero en la que tratarán una vez más de llegar a un acuerdo acerca de la situación provocada por la deuda que el municipio del alfoz mantiene con la capital como consecuencia de los impagos acumulados entre 2004 y 2015 por el uso de la estación depuradora de aguas residuales ubicada en la ciudad del Duero.

Roales llega a la misma en una situación de incertidumbre, con el convenio de colaboración entre ambas administraciones caducado y sin saber qué tarifa aplicará Zamora en el próximo recibo que les llegue , algo que probablemente usará Guarido como medida de presión para cobrar los atrasos. En virtud de ese texto firmado en diciembre de 2008 por Miguel Ángel San Martín y Rosa Valdeón los vecinos de Roales pagan por el saneamiento el mismo precio que los zamoranos, pero el actual alcalde de la capital amenazaba en sus últimos decretos de Alcaldía con cobrar a todo el pueblo el precio que se aplica a las industrias una vez que caduque dicho convenio, que tenía una duración de diez años.

Aunque los anteriores alcaldes de ambos municipios llegaron a un acuerdo sobre la tarifa, lo cierto es que Roales no comenzó a pagar hasta enero de 2016, ya con nuevos partidos en ambos gobiernos que acordaron instalar un caudalímetro nuevo en la frontera entre sus términos municipales para medir los vertidos. Lo que queda pendiente de resolver es cuánto virtió Roales a la depuradora en los doce años anteriores, y por lo tanto cuánto dinero se debe.

Berna Miguel, regidora de Roales, ha confirmado a este diario que se ha fijado la próxima reunión "para después de las fiestas", y espera que esta sirva "para llegar a un acuerdo extra-judicial sobre la cantidad al margen de los tribunales y hablar de cómo empezar a pagar". La alcaldesa de Adeiza cree que hay "buena voluntad" por ambas partes: "Tengo la sensación de que Guarido quiere deshacer este entuerto antes de agotar el mandato", asegura, aunque reconoce que "no será fácil porque partimos de cantidades muy diferentes".

Roales del Pan ha tomado las mediciones registradas a lo largo de todo el 2017 por el nuevo caudalímetro que se instaló en el límite de los dos términos municipales, y las ha extrapolado al periodo de 12 años. La cifra obtenida ronda los 875.000 euros. Guarido ya rechazó esa cantidad en noviembre y pretende cobrar 3,1 millones de euros, más del triple, aduciendo informes basados en otro caudalímetro que existe más abajo, en el bosque de Valorio.

Miguel adelanta que irá a la reunión con una nueva oferta, más elevada, basada en las mediciones de un periodo mayor, pero espera que desde Zamora "no insistan en seguir tomando como referencia el medidor de Valorio, porque ya existe una sentencia judicial que refleja que este aparato presenta una desviación importante", y porque el propio convenio reflejaba que el caudalímetro se instalaría en la frontera entre los dos municipios. Además, recuerda que el caudalímetro de Valorio está situado "a mala fe" 20 metros antes de un aliviadero de lluvias, por lo que no todo el líquido que registra llega a la depuradora.

Si los dos ayuntamientos no son capaces de ponerse de acuerdo ni en cómo calcular a cuánto asciende la deuda, es muy probable que el asunto acabe de nuevo en los tribunales.

Otra cuestión será cómo afrontará Roales una deuda tan grande. Curiosamente, el convenio entre San Martín y Valdeón fijaba el plazo para pagar, de diez años, aunque no decía cuánto tendría que abonar el pueblo cada anualidad. Una década después la deuda ha crecido y Berna Miguel cree que necesitarían "por lo menos 20 años" para saldarla.

Otra opción que está sobre la mesa es que el municipio pequeño reciba ayuda, técnica o económica, de la Diputación de Zamora, que de acuerdo con la Ley de Bases de Régimen Local es quien debería prestar los servicios de abastecimiento y saneamiento de agua en los municipios de menos de 20.000 habitantes. La alcaldesa de Roales asegura que siempre que ha acudido a la Institución Provincial por este tema, esta "se ha puesto de perfil" aduciendo que se trata de un problema entre dos municipios, "algo con lo que no estamos nada de acuerdo".

Por otro lado, además de la deuda citada, el Ayuntamiento de Zamora pretende cobrar una indemnización de 2,5 millones de euros por el daño que los vertidos de las industrias de Roales habrían causado, tanto en las tuberías como en la estación depuradora, restándole vida útil. La última querella de Zamora sí sirvió para que la Audiencia Provincial condenara parcialmente a Roales por no controlar la carga contaminante de sus empresas. Aunque la sentencia no imponía un castigo ni obligaba a pagar una indemnización, si podría servir de argumento a Zamora en futuros litigios.

La alcaldesa de Roales se defiende argumentando que esa sentencia se refería a hechos pasados, y que desde 2016 se vigila "muy escrupulosamente" la calidad de los vertidos de todas las empresas de Roales, así como la cantidad, y que se les ha obligado a adaptar sus instalaciones. De hecho, recuerda que una de las primeras cosas que hizo como regidora fue multar a Freigel y a una industria cárnica, precisamente por este motivo.