Villarino Tras la Sierra, pequeño, bonito y acogedor pueblo alistano perteneciente al municipio de Trabazos de Aliste y fronterizo con Portugal (aldea de Vale de Frades y región lusa de Tras Os Montes), volvió ayer a cumplir con su más ancestral tradición de siglos con la mascarada invernal de "Los Zamarrones", "Los Caballicos" y "El Pajarico", mostrando y demostrando que los religioso y lo pagano pueden convivir y a la vez compartir.

La mañana estuvo dedicada a la santa misa en la iglesia de la Virgen de las Candelas, en honor a San Esteban, oficiada por Fernando Lorenzo Martín, como paso previo a la comida en familia.

Hacia las 15 horas las campanas rompieron el silencio llamando a todos a la fiesta y al jolgorio más popular y sin fronteras y apenas 15 minutos después allí estaban presentes, con el alcalde pedáneo del pueblo José Antonio Alvárez Fernández al frente, los enmascarados para dar comienzo al recorrido, siempre desde el mismo lugar, desde la que fuera antigua casa del " Tío Guirrio". Bromas y carreras animaron el cotarro por la calle Salguero, la Plaza Mayor y La Quintana.

Un ya treintañero, José Rivera de la Vega fue quien dio vida este año al popular "Pajarico", pues en 2017 Villarino tras la Sierra no tiene adolescentes en edad de 14 o 15 años para entrar de mozos. El personaje brilló con luz propia al recuperar la Capa Parda Alistana de Honras y Respeto y él fue el encargado de recoger la Cuestación (Voluntad) para los mozos, portando la vara de fresno con el pardal y la torda colgados de ella, junto a un chorizo casero.

Manuel Díez Martín fue este año el Mayordomo del Santo (San Esteban Protomártir), representando a su madre Clara Martín, al cual los vecinos fueron entregándole las limosnas. Toda esta recaudación va luego destinada para las mejoras o necesidades de la iglesia parroquial de la Virgen de las Candelas.

Los "Zamarrones" con sus trajes de pana parda rojiza y portuguesa, caretas de corcha y la tradicional cayata de negrillo, fueron encarnados por un jubilado y un adolescente. Ante la escasez de mozos llegaba una vez al rescate el siempre dispuesto y jubilado Prudencio Díaz Fernández, con su mas de 60 años; y el joven Andrés Alvarez Ratón. Por su parte Ana Martín Santos y Rodrigo Fernández Trabazos fueron la niña y niño que dieron vida a los Zamarrones infantiles en busca de recambio generacional.

Los dos "Caballicos" cobraron vida gracias a la joven moza Lara Manías Lozano y al mozo Daniel Trabazos Carrión.

Casa por casa los participantes en la comitiva fueron agasajados por las familias con licores, café, dulces, castañas, entremozos y chorizo. Cada uno con lo que consideraba oportuno, cultivando una tradición donde la esencia es la pura hermandad y la convivencia. Ambiente familiar: allí donde nadie es ni se siente forastero.

Finalizado el recorrido, junto a la iglesia se hizo el recuento la mascarada de invierno culminó con una convidada de un asado traído por la mocedad de "La Güera" y "El Ramayal" donde participaron en armonía vecinos, emigrantes y foráneos de España y Portugal.