-Existe hoy día conflicto entre cazadores y turistas que coinciden en el avistamiento del lobo (y ciervo) durante las jornadas cinegéticas ¿Cómo se compaginan ambas actividades?

-Pues no queda otra que teniendo un plan de uso público. En el medio natural hay ya muchas actividades y hay cierta tendencia a poner en primer lugar la que cada cual práctica. Esto no puede ser. Compaginar en el uso y en tiempo las actividades que deben encuadrarse en calendario y territorios es esencial cuando esto ocurre. Era impensable hace años llegar a un escenario así pero es lo que hay; afortunadamente aún en no muchos lugares.

- El superpredador es, como otras especies amenazadas, vulnerables o en peligro de extinción, una fuente de fondos europeos y administrativos, y un recurso de estudio y divulgación. ¿Qué aportación puede suponer el lobo para atajar un problema tan en boga como la despoblación y el envejecimiento del medio rural?

-Bueno, el lobo no es una especie amenazada en sentido general, no lo es actualmente en casi todo Castilla y León y sí lo es en otras regiones como Andalucía. Dicho ello, cierto es que el lobo tiene una singularidad imposible de encontrar en otra especie y por eso genera expectación, debate y conflicto... y por qué no, recursos. En algunos lugares, como ya lo es en La Culebra por ejemplo, su observación por gente que paga para acudir a verlos, se erige en una actividad relevante. Si todo está dentro de ese plan de uso público, me parece perfecto. Ahora, desgraciadamente, pensar que el lobo puede atajar el problema de la despoblación rural sería ingenuo.