El goteo de visitantes para ver la Plaza Mayor fue constante durante toda la mañana, para comprobar in situ el resultado de casi una semana de montaje para tenerlo todo preparado para la gala. Ajenos a los preparativos brillaron con luz propia las cincuenta velas de las bodas de oro de Santiago Requejo Martín y María del Carmen Requejo Vicente, que adornaron la plaza de trajes de gala y paraguas.