La localidad de Grisuela de Aliste ha recuperado este año el ramo de Santa Lucía, una tradición que se mantuvo durante décadas hasta caer en la triste muerte del olvido a causa del éxodo rural iniciado en los años 60 del pasado siglo XX y que ha traído como consecuencia la despoblación que sufren los pueblos llegados al siglo XXI.

El sacerdote Teo Nieto Vicente fue el encargado de oficiar la santa misa y la procesión con Santa Lucía por las calles de pueblo, a lo grande, como se hacía antaño, con el ramo y la cruz parroquial. Así mismo se recitaron las loas en honor a la protectora de la vista.

El ramo de Santa Lucia de Grisuela "azucena brillante, rosa pura y escogida" relata de los avatares de la niña noble de Siracusa y el enamoramiento de ella de un tal Pascasio, con el consentimiento de su padre y de su madre Eutiquia: "Por abogada te puso / de los enfermos de vista / y se curan con tus ruegos / luego que a Dios se lo pidas". Sobrecogedor canto donde se narra la cptitud del malvado Pascasio que al no ver correspondido su amor, antes de meterla en la hoguera y el fuego: "Ha untado todo tu cuerpo / con pez, aceite y resina".

La cruz parroquial de Grisuela actual, moderna y de metal, adaptada a la antigua cepa de plata de la original que el pueblo tenía en el siglo XVI. El historiador Gregorio Rodríguez Fernández descubrió en su día en el Archivo Diocesano de Astorga un documento sobre la cruz original. Grisuela pertenece a la Diócesis de Zamora y antaño al Arzobispado de Compostela.

Todo tiene su explicación, pues el manuscrito de fecha 23 de junio de 1578, firmado por el notario Francisco Bajo, hace referencia a una parroquia de La Carballeda: "Contrato con Antonio Rodríguez platero de Zamora para hacer una cruz de plata, de 22 a 24 marcos, para la iglesia de Villardeciervos, el árbol como el de la iglesia de Ayoó y el pie como el de Grisuela". Entre las hipótesis que barajaba el historiador alistano ya fallecido destacaba la posibilidad de que el autor de la cruz de Grisuela fuera también Antonio Rodríguez.

En su visita desde Santiago de Compostela a las Vicarías de Alba y Aliste, el licenciado Manuel Cid y Monroy en el año 1791, por orden del Arzobispo, dejó manuscritos, auténticas joyas documentales en Santiago, para poder conocer de tierras alistanas desde la demografía, historia, economía, asociaciones religiosas, lugares de culto, incomunicaciones, domino de los Señoríos (Marquesado de Alcañices y Condado de Alba de Aliste) y sus costumbres populares.

Grisuela contaba entonces con 150 personas de comunión repartidas en 51 familias, siendo su párroco Miguel Sánchez, un presbítero natural de Gallegos del Río. Había una capellanía en la iglesia de la cual era poseedor Rafael Gallego, un presbítero nacido en Valer de Aliste, y entonces residente en Moveros. Se trataría de la capellanía de Nuestra Señora del Rosario fundada allá por 1725 por Bartolomé Crespo, de patronato de legos y de parientes.

Tenía el pueblo de Grisuela una histórica ermita dedicada a los mártires San Fabian y San Sebastián con cofradía a ellos dedicada, la cual contaba con las indulgencias y las gracias concedidas por diferentes Sumos Pontífices en Roma.

En 1752 Grisuela contaba con 41 vecinos (familias) y dos molinos harineros en la ribera del río Cebal, los cuales solo solían funcionar en invierno pues el cauce se secaba, obviamente en verano (el río carece de manantiales importantes) y en parte de primavera y otoño donde dependía de las lluvias. A ello se le sumaban cuatro tejedores (uno de lienzos y tres de paños) y también tenía un artesano carretero y dos herreros, mientras que el barbero y a la vez sanador era forastero.

La localidad de Grisuela de Aliste vivió sus momentos de mayor esplendor poblacional en los años 1910 y 1960 en que, habiendo pasado medio siglo, coincidió el número de habitantes en 312, con un ligero descenso durante la Guerra Civil y tras ella 302 vecinos allá por 1950. El pueblo perdió en los últimos cuarenta años del siglo XX más de la mitad de su población, concretamente 165 residentes, para situarse en 1999 con solamente 147. En 2016 ya había descendido el número de empadronados a 103 y en 2018 ha bajado de la barrera del centenar para situarse con sólo 98 vecinos, de ellos 50 varones y 48 mujeres.

Por otra parte, la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Rabanales de Aliste, presidida por el alcalde Domingo Ferrero Cruz, ha aprobado con carácter oficial su calendario de fiestas locales para el año 2019: Rabanales (celebrará San Blas el 4 de febrero y San Salvador el 6 de agosto), Fradellos (Romería de la Virgen de Fátima el 13 de mayo y San Miguel Arcángel el 30 de septiembre), Grisuela (Santa María Magdalena el 22 de julio y San Ciriaco el 8 de agosto), Matellanes (San Pedro el 28 de junio y el 1 de julio), Mellanes (San Antonio el 17 de enero y Santiago Apóstol el 25 de julio) y Ufones (Santa Elalia de Mérida el 10 de diciembre).