La reconstrucción de muros de piedra seca, técnica que acaba de ser inscrita en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, es una de las actividades que se desarrollan dentro del proyecto Paisaje Ibérico, cuyo objetivo es promover la "ecoeficiencia de los recursos paisajísticos culturales y patrimoniales, así como la protección de los agroecosistemas en el entorno de la frontera del Duero", espacio declarado Reserva Biosfera Meseta Ibérica.

La actividad, promovida desde la Casa del Parque de Fermoselle dentro del programa de voluntariado ambiental del proyecto Paisaje Ibérico, ha permitido reconstruir una pared donde se encuentra la Asociación para el Estudio y Protección del Burro, en el pueblo portugués de Atenor, en la comarca de Miranda do Douro.

De la mano del experto Nuno Martins, un grupo de diez personas participó en la construcción de del muro típico de la arquitectura del arribanzo mediante la ancestral técnica de piedra seca que consiste en el apilamiento de piedras sin usar otros materiales de construcción ni argamasa o cemento. Voluntarios españoles, portugueses y franceses colaboraron en esta actividad que tendrá continuidad con una segunda jornada, el 15 de diciembre en Tudera de Sayago donde se realizará la reconstrucción de un chozo tradicional.

La actividad contribuye a la preservación de un paisaje ancestral y auténtico, característico de la Reserva Biosfera Meseta Ibérica. Un patrimonio milenario que comparten otras zonas de la Península distinguidas con la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial, de la que se ha visto privada la provincia de Zamora, a pesar de sus múltiples expresiones arquitectónicas de piedra en seco.

El proyecto Paisaje Ibérico se enmarca en el Programa de Cooperación Interreg España-Portugal (2014-2020), financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional. Uno de los objetivos específicos pasa por documentar los paisajes de la Meseta Ibérica, investigar sus potencialidades y la difusión a nivel nacional e internacional. La oportunidad que se abría con la distinción mundial a la técnica de la piedra en seco se pierde en un territorio genuino que cumplía plenamente las condiciones para estar en la lista junto a territorios rurales de Croacia, Grecia, Francia, Chipre, Eslovenia, Italia o la propia España.