Ufones, pequeña y acogedora localidad alistana perteneciente al municipio de Rabanales, resurgió ayer de las cenizas del olvido y la despoblación rural para convertirse por un día y por méritos propios en la capital de la convivencia y la hermandad de España y de Portugal gracias a su IV Marcha MTB "Los Castros de Aliste" y la I Ruta de Senderismo. Un pueblo con mucha historia, con un digno y orgulloso pasado, que se ha unido en este problemático presente para así luchar por su incierto futuro.

Solamente 22 habitantes residentes quedan ya en Ufones y todos se unieron ayer domingo, como en los antiguos concejos vecinales, junto a los emigrantes y los amigos, para dar todos la bienvenida a los más de 700 visitantes, -sólo los participantes en la carrera superaban los 500-, a los que recibieron con el corazón abierto y esa solidaridad alistana propia de una tierra de sus muy buenas gentes.

Cada familia de Ufones dejó ayer su quehaceres habituales y cedió su casas, garajes, mangueras, coches y duchas a los ciclistas, además de su tiempo para elaborar bizcochos, café, caldo, pastas y comida para que, nunca mejor dicho, cada foráneo, pudiera sentirse como en su casa: duchándose tras el esfuerzo campestre y reponiendo fuerzas con su convidada a café Palmeira y rosquillas.

El sábado los propios vecinos se fueron al monte a cortar y buscar la leña para la lumbre que calentaría luego "La Casona", reconvertida en Centro Social, y los antiguos potes. Y además sacaron tiempo, voluntad les sobra, para iniciar la campaña solidaria de recogida de donativos para restaurar el retablo de la iglesia de Santa Eulalia.

Absolutamente todo Ufones colaboró. Los más mayores, si no podían cargar leña y aperos, podían desempeñar otras labores. Fue el caso de Jesús Tola, el famoso pastelero de Alcañices, ya jubilado, que se ganó el corazón de todos los participantes ordenando el tráfico de vehículos y personas.

A las10.30 de la mañana Ufones se autoproclamó la "capital de Aliste", con derecho propio. Se lo han ganado a pulso. Sí señor. Las solitarias calles y plazas presas de la soledad rural en el día a día, rebosaban vida. La que pusieron los alrededor de 400 cicloturistas. La ruta larga de 58 kilómetros contó con 261 participantes; la corta, de 30 kilómetros, 62; y la de iniciación con 40. La ruta senderista fue recorrida por más de 100 caminantes.

Gentes llegadas de al menos 11 provincias: entre ellas Zamora, León, Ávila, Soria, Valladolid, Burgos, Palencia y Salamanca en Castilla y León; y también de distintos concelhos de Portugal.

Tras una mañana de rutas y experiencias por tierras de Ufones, Rabanales, Matellanes, Mellanes, Fradellos, Grisuela y San Juan del Rebollar llegó la hora de la comida alistana. Como en Ufones no hay restaurante y los comensales se contaban por cientos la solución pasó por instalar una gran carpa. Las cocineras fueron Catalina Losada y Miriam Moral Matellán, ambas de Rabanales (Matellán Hermanos). El manjar culinario, como no podía ser de otra manera, puso en valor los sabores de la tierra, carne guisada con setas: 40 kilos de Boletus edulis y 200 kilos de ternera. Hasta los paladares más exigentes quedaron agradecidos, como cada comensal y visitante del trato recibido en Ufones.

La organización -Carlos Montalbán Mezquita es el alma mater- corría a cargo del Ayuntamiento de Rabanales y del Club Deportivo de Ciclismo Aliste, mención especial para la Asociación de Jubilados y Pensionistas "Santa Eulalia" de Ufones, con la colaboración de entidades públicas como la Diputación de Zamora, Protección Civil de Alcañices y Caja Rural y de los vecinos de los pueblos por donde discurrieron la ruta y la marcha. Un euro de cada inscripción se destinará a la asociación "Corriendo con el Corazón".