El colectivo de exseminaristas de La Bañeza y Astorga solicitará al papa Francisco la excomunión del sacerdote José Manuel Ramos Gordón, penado por el propio Vaticano por cometer delitos sexuales contra menores cuando era educador, tanto en el colegio Juan XXIII como posteriormente en el seminario menor de La Bañeza, ambos dependientes del Obispado de Astorga.

Antiguos alumnos, que ayer protagonizaron una concentración a las puertas del seminario y frente a la casa sacerdotal de Astorga, donde permanece retirado Ramos Gordón, enviarán una carta al pontífice con el propósito de que el religioso leonés sea apartado definitivamente de la Iglesia y reclamar la expulsión de quien fuera durante 25 años párroco de Tábara y otros pueblos de la comarca.

La protesta del grupo creado hace dos años a raíz de la denuncia de F. L. que terminó con una condena canónica para Ramos Gordón, fue un acto simbólico "contra la pederastia en la Iglesia", secundado por una veintena de exseminaristas de La Bañeza y Astorga y sus familias, y apoyado por un puñado de vecinos de la localidad vinculados a Izquierda Unida y a la plataforma ciudadana de Astorga por la igualdad y contra la violencia.

La escasa respuesta social a la convocatoria contrastaba con la contundencia de los mensajes lanzados por antiguos compañeros del joven que destapó el escándalo de pederastia en centros del Obispado de Astorga. "Hemos venido para quedarnos, no nos vamos a marchar, no vamos a parar hasta que se sepa toda la verdad de lo ocurrido, tanto en el seminario menor de La Bañeza como en el colegio diocesano Juan XXIII de Puebla de Sanabria" expresó Tomás García, uno de los miembros del colectivo. "Si piensan que esto es una cosa de dos días o una campaña mediática, se han equivocado; esto ha costado muchas lágrimas a muchas familias, personas que han quedado estigmatizados para toda la vida. Los padres enviaron a sus hijos a formarse para que el día de mañana fueran alguien y lo que han descubierto después de muchos años es el horror" proclamaba con indisimulada emoción.

Con las manos en alto exhibiendo carteles donde se podía leer "condena para los encubridores" y "excomunión para Ramos Gordón", los exseminaristas leyeron un comunicado donde no faltaron críticas al obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, que "se comprometió a escuchar nuestros testimonios para tenerlos en cuenta en las causas abiertas contra el ex párroco de Tábara y la realidad es que sabemos nada". Los compañeros de F. L. cuestionaron el nombramiento de Juan Antonio Menéndez como presidente de la comisión antipederastia creada por la Conferencia Episcopal; "nuestro temor es que haya sido precisamente para que se sigan ocultando estos casos. No olvidemos que sigue pendiente de resolución la denuncia a otro párroco de esta diócesis vivido también en el seminario de La Bañeza".

Los exseminaristas insisten en exigir una "condena real" para Ramos Gordón. "No nos valen unas vacaciones en un monasterio, ni un año de ejercicios espirituales. Tampoco una jubilación que, según declaraciones del propio obispo a este colectivo, era como matarlo en vida. ¡Lo que hay que escuchar!, las víctimas sí vivieron y siguen viviendo una tortura y una condena, la que le dejaron ellos" clamaron en referencia a las penas impuestas al sacerdote pederasta, que está pendiente de cumplir los diez años confinado en un centro monacal a la espera de que se resuelva el recurso interpuesto por el acusado.

De igual manera insistieron en las condenas para los encubridores, "los cómplices que aún sabiendo que tenían que denunciar en la Fiscalía de Menores, según su Código Canónico, no lo hicieron". Se pudo escuchar entre los concentrados una alusión a Julián Barrio, ex rector del seminario de Astorga y actual arzobispo de Santiago.

A la misma hora de la concentración, el nuncio apostólico en España, monseñor Renzo Fratini, dirigía un retiro espiritual tras los muros de un seminario cerrado a cal y canto. "Una ocasión propicia para manifestarle (al Papa) nuestra solidaridad, afecto y cercanía en estos momentos tan delicados por los que está pasando la Iglesia en todo el mundo" manifestó el obispo de Astorga durante la llamada para participar en el encuentro.

A escasos metros los antiguos seminaristas reclamaban al representante del Papa una "persona independiente que investigue lo sucedido en los años 80 en el Juan XXIII y La Bañeza. El obispo tenía que haber dimitido o ser cesado porque ha ocultado los casos de pederastia y ha permitido homenajes a Ramos Gordón" expresó Tomás García. También se refirió al vicario Francisco Javier Redondo; "eran nuestros tutores, lo tenían que haber denunciado y no lo hicieron, lo han tapado ellos y los curas que sabían lo que había sucedido en el Juan XXIII y La Bañeza. Todo el mundo en la comarca lo sabía" sentenció en referencia a los abusos.

A la concentración se sumó Emiliano Álvarez, exseminarista de La Bañeza que tiene pendiente la resolución de otra denuncia de pederastia contra otro sacerdote de la diócesis, al que acusa de haber abusado de él cuando era un niño.