Villalpando aborda la construcción de una nueva potabilizadora para la eliminación del arsénico en la red municipal de agua, una obra financiada al 90% por la Diputación de Zamora y que ayer comenzaba con las primeras excavaciones realizadas a cargo de una empresa local junto al depósito del camino Barrabueyes.

La villa terracampina comienza así el capítulo final de una tortuosa historia que comenzaba hace más de un año, el 3 de octubre de 2017, cuando el Servicio Territorial de Sanidad detectaba un nivel de arsénico de 11,5 microgramos por litro de agua, superior al máximo permitido en la Unión Europea desde 2003, 10 microgramos por litro.

El municipio pronto recibió la ayuda de la Diputación de Zamora, que instaló dos potabilizadoras portátiles a las que el Ayuntamiento sumó una tercera para que los vecinos obtuvieran agua para beber sin coste adicional para las economías familiares. La Institución Provincial también mostró su disposición a ayudar a este municipio de más de 1.500 habitantes a dar una solución definitiva a este problema, algo por lo que el alcalde, Félix González Ares, se muestra "muy agradecido, ya que la presidenta, Mayte Martín Pozo, mostró interés desde el primer momento poniendo a disposición del Ayuntamiento de Villalpando los fondos necesarios para la ejecución, a mayor urgencia, de las obras de la potabilizadora".

Esto se plasmó en un convenio firmado el 26 de abril entre la Diputación y el Gobierno Local villalpandino, todo parecía resuelto entonces, pero las obras no se licitarían hasta el mes de septiembre, algo que extrañó a González Ares: "Nos cuesta entender cómo es posible que desde el 26 de abril no se haya podido empezar la obra hasta el día de hoy. Creemos que los responsables en el lamentable retraso no han sido conscientes del daño y perjuicio que han causado y siguen causando a una población de más de 1.500 habitantes", reconocía ayer el regidor, preguntado por este diario.

Dicho retraso ha sido tal que, paradójicamente, las obras comienzan en un momento en el que el nivel de arsénico presente en el agua de Villalpando es el menor detectado en los últimos 13 años: seis microgramos por litro según un análisis llevado a cabo entre el 7 y el 14 de noviembre por encargo del propio Ayuntamiento de Villalpando. El Consistorio realiza una o dos analíticas mensuales que remite siempre a la Diputación de Zamora, a la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León y al Servicio Territorial de Sanidad, aunque desde la Administración Autonómica "nunca han respondido".

Sanidad envió el 10 de septiembre al Ayuntamiento de Villalpando un comunicado, no publicado en ningún boletín oficial, en el que declaraban el agua del municipio "No apta sine die", lo que significa que ese estado se mantendrá hasta que entre en funcionamiento la potabilizadora, sin tener en cuenta los análisis que el municipio sigue remitiendo. En el Consistorio desconocen si desde entonces este organismo que depende de la Junta de Castilla y León se ha molestado en realizar nuevos controles del agua de Villalpando.

Este supondría otro cambio de criterio más por parte de Sanidad, que el 2 de agosto levantó acta en la que los técnicos recomiendan "el uso moderado de dicho agua para boca" (sic). Dicha acta se conserva en el Ayuntamiento de Villalpando. El 9 de agosto Sanidad envía al Ayuntamiento el resultado de un análisis realizado el 23 de julio por el que declaran esa misma agua "no apta para el consumo humano". Este análisis reflejaba un nivel de fluoruro que excedía en 0,1 miligramos el máximo permitido. Desde el Ayuntamiento sostienen que este es el único análisis de la Junta al que ha podido tener acceso el Consistorio, aunque un vecino ha llegado a publicar el resultado de cuatro análisis diferentes que sí le han facilitado desde Sanidad.

Hace solo algunos años, la Junta de Castilla y León esperaba a que cuatro analíticas consecutivas reflejaran niveles de un mineral por encima del permitido antes de declarar "no apta" el agua de Villalpando. Por ejemplo, en abril de 2005 se detectaron 18,2 microgramos de arsénico (el triple que ahora) pero no declararon "no apta" el agua hasta cinco meses y medio después, tras haber obtenido resultados de 19,85, 18,49 y 17,48 microgramos de arsénico por litro en otras tres analíticas realizadas a lo largo de la primavera y el verano. Igualmente en 2008 se detectaron niveles de 16,3 16,1 14,3 y 14,3 microgramos de arsénico por litro en un periodo de tres meses hasta que se prohibió el consumo.