La mayoría de los castañares alistanos están en manos de personas de la tercera edad que en muchos casos, ya octogenarios y nonagenarios, se sienten incapaces de poder afrontar la campaña de recogida de castañas, pues sus descendientes, hijos y nietos, viven fuera de Zamora por motivos de estudios o trabajo.

La mayoría de las familias con castaños están optando por compartir la producción y el trabajo con jóvenes que viven en los pueblos, un trato que parece ser usto y convence a las dos partes: los recolectores recogen el fruto y se reparten los beneficios al 50%. "Coger castañas es un trabajo duro, como todo, pero llevadero. Nosotros le ayudamos a recogerlas y el propietario nos da el 50%, algo que creemos es justo para las dos partes y nos permite a ellos no perder el producto y a nosotros ganar un buen dinero".