El IES Fuentesaúco es uno de los quince centros educativos de todo el país galardonado con el Premio Nacional Vicente Ferrer, instituido por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, que valora experiencias educativas, proyectos o propuestas pedagógicas destinados a sensibilizar y desarrollar el espíritu crítico, y fomentar la participación activa del alumnado "en la consecución de una ciudadanía global, solidaria, comprometida con la erradicación de la pobreza y sus causas y el desarrollo humano y sostenible".

El reconocimiento, que debe su nombre al filántropo español Vicente Ferrer quien llevó a cabo una ingente labor social de ayuda a los más desfavorecidos especialmente en la India, ha valorado el proyecto educativo "Mi mundo, mi hogar" desarrollado por el IES Fuentesaúco durante el pasado curso. También considerado por la Junta de Castilla y León como uno de las mejores iniciativas docentes del año, "Mi mundo, mi hogar" es una apuesta por la difusión de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que la Organización de Naciones Unidas (ONU) se ha marcado para transformar el mundo con el horizonte del año 2030.

Ante un planteamiento tan ambicioso, el IES Fuentesaúco se ha propuesto aportar su granito de arena por un mundo más justo y sostenible implicando a toda la comunidad educativa e intentando trasladar la filosofía de los ODS al ámbito más cercano. Y lo ha hecho a través de una serie de retos, diseñados por los profesores desde cada una de sus materias, que han tenido que superar los alumnos a lo largo del curso 2017/2018. Pruebas relacionadas con los ODS, que pasan por la sensibilización y toma de conciencia de aspectos como la erradicación de la pobreza, el acceso a los derechos humanos o el logro de un desarrollo económico global sostenible y respetuoso con el planeta.

"El juego de los retos que los alumnos han tenido que ir superando en grupos es quizás el elemento más innovador del proyecto" explica la profesora Susana Arroyo, coordinadora de "Mi mundo, mi hogar". Ese aprendizaje basado en el juego y en el trabajo colaborativo "no hubiera sido posible sin la implicado a toda la comunidad educativa, desde los propios docentes muy comprometidos con las actividades enmarcadas en el currículum, pasando desde luego por los estudiantes (los de ESO directamente realizando los retos y los de Bachillerato como colaboradores-supervisores), los padres sumándose a las actividades y campañas solidarias o las administraciones públicas" precisa Susana Arroyo quien, junto a su compañera Mª Soledad Grande, ha preparado el proyecto que se concurrido con éxito al Premio Nacional Vicente Ferrer.

Es el reconocimiento a un proyecto "ambicioso y atrevido" en palabra del director del IES Fuentesaúco, Ángel Rodríguez, que "como metodología ha sido muy útil, pero debemos aspirar a más, ahora llega el momento de trabajar puntualmente en cosas".

A lo largo de un curso hay ciertos mensajes que han calado, como "la apuesta por un centro más sostenible, ahora los alumnos se fijan más si quedan las luces encendidas o valoran la importancia del reciclado con sus respectivas papeleras en las aulas; son pequeños pasos, mensajes que deben ir calando" opina el director. "Hay un ambiente favorable que te hace pensar, los ODS ya les resultan familiares, saben de lo que estamos hablado aunque la educación es un proceso a largo plazo, no se modifican conductas de un día para otro" destaca Mª Soledad Grande.

Por eso "Mi mundo, mi hogar" no se plantea como un proyecto aislado sino a largo plazo y tras la tarea inicial de sensibilización la experiencia educativa continúa con el compromiso interrelacionando distintos ODS. Por ejemplo la apuesta por un centro "más sostenible" mediante el ahorro de energía con la producción y el consumo responsable; un centro también "más comprometido" con el fin de la pobreza y el hambre cero a través de campañas solidarias y recogida de alimentos destinados a Acción Norte. Un centro "más saludable" con actividades que promuevan la salud y el bienestar. Y un centro "más ilustrado" con iniciativas ya señeras como el Día del Libro o el aprovechamiento de los grandes recursos de la biblioteca.