La sentencia del caso Gaztelueta que ha condenado a 11 años de prisión y 15 de alejamiento de la víctima a un exprofesor de este colegio del Opus por un delito continuado de abusos sexuales durante los cursos 2008-9 y 2009-10 al alumno, que entonces contaba con entre 12 y 13 años de edad, ha significado todo un "balón de oxígeno" para las víctimas. Para F. L. "se ha hecho justicia y creo que va a animar a plantear más denuncias, pero me pongo en la piel del chaval y creo que no hay nada que compense el daño que ha sufrido porque es irreparable". Aún así este alumno riojano "ha podido llevar su caso a la Justicia ordinaria, algo que se nos ha usurpado a más del noventa por ciento de las víctimas porque nuestros delitos han prescrito. Y no podemos olvidarnos de que cuando el Papa ordenó abrir una investigación, el Vaticano la cerró alegando que los hechos denunciados no habían sido probados y pidió el restablecimiento del buen nombre del acusado; eso demuestra el fraude de la investigación que por fortuna ahora ha desenmascarado un tribunal civil" sentencia el ex seminarista de La Bañeza.