El consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, cifraba ayer en 898 los incendios registrados en Castilla y León desde principios de año, lo que supuso un descenso del 52% respecto a la media del último decenio. De esta manera, Suárez-Quiñones, que compareció a petición propia en las Cortes para hacer balance de la temporada de incendios de 2018, no dudó en calificar la temporada como "excelente" y como "el mejor año de la serie estadística de Castilla y León desde 1984".

Suárez-Quiñones recordó que la media de incendios del último decenio fue de 1.852, muy por encima de la cifra alcanzada este año, algo que atribuyó no solo a las buenas condiciones climatológicas, sino también a la concienciación social y a la eficaz actuación del operativo de extinción.

El consejero elogió que por primera vez se ha situado la cifra de fuegos "por debajo del millar" ya que habría que remontarse al año 1984 para encontrar datos mejores.

En referencia a los conatos, es decir, los incendios con menos de una hectárea afectada, solo un 28% superaron esta superficie calcinada, frente a una media del decenio del 40%. En cifras absolutas, esto se traduce en 254 incendios de más de una hectárea frente a los 739 de media de la última década.

En cuanto a la superficie forestal quemada, este año fueron un total de 2.730 hectáreas, lo que supone un descenso del 86% respecto a la media del último decenio, que fue de más de 19.000 hectáreas. Se trata del año con menor superficie quemada, según informó Suárez-Quiñones, con solo un 14 por ciento de la media del decenio, así como la mitad de lo que se quemó el mejor año siguiente, que fue 2014, con 4.646 hectáreas calcinadas.