El castaño, una especie arbórea presente en el oeste de la provincia, aún tiene potencial de crecimiento como fuente de riqueza en las comarcas de Sanabria-La Carballeda, Aliste o Tábara. Algo que puede incrementar el valor de los frutos en el mercado es la certificación forestal de los castañares, ya sean pequeños sotos o parcelas cultivadas expresamente para la explotación profesional de los árboles.

Por eso la Diputación de Zamora y la Comunidad Intermunicipal de Trás-os-Montes (CIM-TTM) ofrecían ayer en la capital una jornada técnica que pretendía convencer a productores y propietarios forestales de las ventajas de obtener esta certificación. La charla corría a cargo de Berta Martín y Liliana Fernández, dos ingenieras de la Institución Provincial y de la Fundación Cesefor, respectivamente.

La certificación forestal permite acceder al logo PEFC que incrementa el valor del producto de cara al consumidor final. Esta cerficiación garantiza que la explotación forestal de la que procede el fruto está gestionada de forma sostenible.

El único requisito necesario para obtener la cerficiación es el de pesentar un plan de gestión forestal, en el que se detallan qué especies forestales existen en un determinado soto y qué se va a hacer con ellas -época de poda y recolección, tratamientos, herramientas y técnicas utilizadas utilizadas-. La Asociación Española para la Sostenibilidad Forestal se encarga de comprobar que se cumple el plan de gestión.

Por otro lado, contar con un plan de gestión forestal permite al castañicultor garantizar el futuro de su explotación al evitar plagas y enfermedades en sus árboles y en los de parcelas colindantes mediante prácticas sencillas como la desinfección de las herramientas de poda, exigencias que en ningún caso suponen un coste adicional para el productor. El único desembolso necesario para la certificación es el que supone la redacción del propio plan de gestión, por eso la Junta de Castilla y León convoca anualmente ayudas que sufragan ese coste.

Castilla y León cuenta con un total de 700.000 hectáreas forestales cerficadas, la mayoría de ellas de propiedad pública. Sin embargo, no existe ningún castañar en Zamora que cuente con tal certificación a pesar de que esta es la segunda provincia de la Comunidad con más árboles de este tipo.

En la actualidad no hay datos actualidados sobre la superficie cultivada de castaños en la provincia de Zamora, por eso este proyecto trabaja para localizar a todos los propietarios de castaños y medir la superficie existente, evaluando además el estado sanitario de las plantas. El proyecto está incluido dentro de las acciones de Frontur Norte de Portugal-Castilla y León 2014-2020 y cuenta con financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

A diferencia de otras jornadas técnicas celebradas en las comarcas productoras de castañas, la de ayer en Zamora no contó con gran afluencia de profesionales. La próxima se celebrará en Tábara el lunes 19 de noviembre.