El tomate de Aliste ha sido redescubierto como un auténtico manjar culinario que cautiva a miles de cocineros, amas de casa y comensales de toda España por su alta calidad ganándose un merecido prestigio, y en el sector agroalimentario español ya se habla de ellos como "un producto único, especial, de máxima confianza e intensos sabores dignos de los paladares más exigentes".

Los artífices de la iniciativa han sido dos jóvenes empresarios de Valer de Aliste que se dedicaron en su juventud al sector de la construcción en Madrid, como oficiales de primera encofradores, hasta la llegada de la crisis. Fue entonces cuando decidieron buscar una alternativa laboral y participaron en un seminario impartido por el Instituto de Restauración y Medio Ambiente de León (IRMA) y su presidente Juan Antonio Sánchez. Así nació la idea de crear la marca "Frutería D'Aliste" que actualmente se sitúa a unos 300 metros del estadio Santiago Bernabéu (Madrid). Manolo Casas Blanco empezó a dar vueltas a la idea de comercializar un producto puro alistano en Madrid y eligió el tomate allá por 2011. Finalmente se optó por la variedad "rosa de Barbastro", originaria del pueblo que le da nombre en Huesca.

Este año se plantaron 50.000 plantas, con cepellón, creadas especialmente a la "tomate de Aliste". Los hermanos Casas Blanco los distribuyeron entre agricultores alistanos que son los que se han encargado de plantarlos y cuidarlos en cuatro ecosistemas únicos en las riberas de los ríos Aliste, Frío, Cebal y Mena.

Manuel y José Ángel Casas Blanco cuidan hasta el último detalle y cuenta con dos ingenieros agrónomos para asesorar a los productores locales sobre análisis de la tierra, labores y tratamientos naturales, para que el producto roce la calidad suprema. Tras los correspondientes análisis se llegó a la conclusión que la mejor época de plantarlos es coincidiendo con san Isidro Labrador (15 de mayo). Luego llega el trato personal, humano y artesano de cada familia, se quita la hierba cavando la tierra "a sajo" (azada) y los riegos para empezar la recogida tres meses después, por la fiesta de Flores. Se conoce así al 15 de agosto (La Asunción), fecha en la que honra a su patrona el acogedor pueblo cercano a Valer de Aliste.

Los últimos años, así lo reconoce Manolo Casas Blanco, "nos han venido muy buenos, sin heladas en septiembre y octubre, y eso garantiza la cosecha durante dos meses y medio". Se prevé que la campaña termine para Todos los Santos, 1 de noviembre. La cosecha de 2018 rondará los 200.000 kilos: "Lo tenemos todo vendido y si hubiéramos tenido 400 toneladas estarían también vendidas".

El 70% del "tomate de Aliste" se comercializa en la Comunidad Valenciana y en Cataluña. El resto en regiones tan variadas como País Vasco, Aragón, La Rioja, Navarra y Madrid. Los tomates que los agricultores recogen por la mañana en sus pueblos, son seleccionados en la planta de "Frutería D'Aliste" de Valer por la tarde y salen entre las 20 y las 24 horas camino de sus destinos. Al día siguiente, ya están en las fruterías para que el consumidor pueda comprarlos y degustarlos prácticamente al día.