Un incendio forestal nocturno ha calcinado toda la cosecha de heno y paja del año y dejado sin reservas para el otoño e invierno y al borde de la ruina a Javier Martín Ramajo, un joven ganadero natural de El Poyo (Ayuntamiento de San Vitero), residente en la localidad alistana de San Blas (municipio de Viñas).
Efectivos de la Consejería de Media Ambiente de la Junta de Castilla y León y del Parque de Bomberos Voluntarios de la Mancomunidad "Tierras de Aliste" recibieron un aviso de Emergencias 112, hacia las 2 de la madrugada del día 9 de septiembre, en San Blas. Al llegar se encontraron ardiendo dos grandes montoneras de "bolas" de forraje y de paja de cereal, almacenadas y cubiertas con plásticos. Hicieron todo lo posible pero fue materialmente imposible apagarlas. Al final quedaron hechas cenizas.
Los encargados de las investigaciones dedujeron desde un primer momento que el fuego no fue fortuito, -no hubo tormentas y maquinaria trabajando allí-, sino claramente provocado, intencionadamente, pues estaba claro que se produjeron dos focos, simultáneamente y además junto a las bolas de forraje y paja. Deducen los investigadores que quien prendió el fue iba a quemar el forraje y la paja y los quemó.
Javier Martín Ramajo calcula que tenía almacenadas alrededor de 2.000 pacas (Rollo o Bolas): entorno a 1.400 de hierba y forraje y 600 de paja. Se quemaron todas. Medio Ambiente y Bomberos cifran la pérdida como mínimo en alrededor de 1.000 bolas. En cualquiera de los casos se trata de una auténtica catástrofe pues, según afirma el ganadero, cada rollo pesa unos 250 kilos si se trata de forraje y unos 200 sin son de paja de cereal.
Javier Martín Ramajo se muestra agradecido y apesadumbrado: "Agradezco la solidaridad de los vecinos de San Blas, de la mancomunidad Tierras de Aliste y del Ayuntamiento de Viñas, de ganaderos. Soy consciente que he quedado en una situación muy difícil y sin alguna de paja y forraje lo vamos a pasar muy mal, las vacas y la familia".