No todo el mundo descansa en verano. Los meses de estío que para muchos son tiempo de relajación, de ocio, de vacaciones, para otros lo son de trabajo intenso, de dedicación máxima; meses de dormir poco, de estar volcados en los demás. En este segundo grupo está Paulo Nunes Nancabú, médico de área en los pueblos de Carballeda que cierra mañana un verano "duro, muy movido" que va a tardar en olvidar: "Se ha juntado todo, la presencia de más emigrantes y turistas que nunca por un tiempo, sobre todo en agosto, muy caluroso y la huelga de los interinos que duró veinte días, ha sido un sin vivir, ir de aquí para allá, algo extraordinario".

Quizás todavía la sociedad no entiende bien la labor que realiza un médico. Hasta hace unas décadas, los facultativos estaban en lo más alto del pedestal profesional, eran casi intocables. Después se produjo el movimiento pendular -fenómeno que también ocurrió en el caso de los jueces- y bajaron varios peldaños, llegó la caída y las denuncias por casi todo, el paciente se puso tieso y las presiones se intensificaron hasta extremos injustificables. Seguramente lo que falta ahora de concretar es el término medio: reconocer la importante labor de los sanitarios, respetarlos y apoyarlos para que realicen bien su trabajo, que tiene una connotación claramente de servicio.

Paulo Nunes Nancabú es un buen ejemplo de la labor que cumplen los médicos en el ámbito rural. Durante los primeros veinte días de agosto, coincidiendo con el paro de los interinos, que afectó sobre todo al ámbito rural, no libró ni un solo día: "La figura del médico de área se utiliza para reforzar todos los servicios y lo mismo hacemos guardias que pasamos consulta, este trabajo necesita de una vocación sin fisuras". Y tanto.

El delegado territorial de la Junta en Zamora, Alberto Castro, y otros cargos del Gobierno regional han puesto sobre la mesa, en repetidas ocasiones, las dificultades que tiene el Ejecutivo de Castilla y León para contratar médicos que ejerzan su profesión en el ámbito rural, sobre todo en las comarcas de Sanabria y Carballeda. No es de extrañar: nadie quiere estar todo el día de la ceca a la meca, haciendo guardias en diversos centros de salud y pasando consulta en varios ambulatorios. Todo eso con una gran presión, con muchos pacientes, sobre todo en los meses estivales.

Nunes Nancabú, natural de Guinea Bissau, estudió la carrera de Medicina en Cuba, completó el MIR en España, ha ejercido como facultativo en Galicia, lleva dos años y medio en Sanabria-Carballeda y también trabaja en la residencia San Gregorio. Va sobrado de experiencia y por eso habla con conocimiento de causa: "Lo de este verano ha sido especial, no hemos parado ni un momento, guardias en Mombuey, alguna también en Puebla, muchos días consultas en dos y hasta en tres pueblos, hoy Sagallos, mañana Sandín, el otro Manzanal?". Ha tenido jornadas de "sesenta, setenta, ochenta pacientes". La población se triplica en la zona durante el verano, que ha sido mucho más largo que otros porque el tiempo, sobre todo en el mes de agosto, ha acompañado y emigrantes y turistas han alargado sus días de ocio en los pueblos.

Y además, ha coincidido la huelga de interinos, veinte días en el mes de agosto. No hubo descanso para los médicos de área, que tienen que utilizar su propio vehículo para desplazarse de un pueblo a otro. Cuando están de guardia, no, entonces el coche lo pone la Junta, pero en unas condiciones que dejan mucho que desear, por no ponerle un adjetivo al uso.

Las consultas en cada pueblo tienen un horario diferente: "Sabes cuando entras, pero nunca cuando sales...". Las visitas del facultativo son una o dos veces por semana, dependiendo del número de residentes de cada núcleo de población. "Hay muchos enfermos crónicos, a los que conoces muy bien. Los pacientes del ámbito rural son muy tranquilos, muy comprensibles, no ocurre así en la ciudad...". En verano, sobre todo en urgencias, hay que atender, principalmente, pequeños accidentes de niños, también intoxicaciones leves, faringitis. Cuando pasa el estío, todo vuelve a la normalidad: "Entonces el trabajo es mucho más cómodo, conoces a los pacientes, la consulta cobra otro tono, más familiar".

Los médicos de área son los todoterrenos de la sanidad. Hoy están aquí y mañana allí, donde sea. Se cambian, como los cromos, de una zona a otra. Refuerzan todos los servicios, tapan las vías de agua y para eso se necesita una condición especial, ser más doctor Gachet, con mil brazos y prestaciones, que Severo Ochoa, centrado a conciencia en una especialización.

Paulo Nunes se representa a sí mismo y sus reivindicaciones tienen la marca del sentido común: "Es necesario mejorar la situación. Los médicos de área deberían estar mejor tratados, estar en plantilla. Pero no es fácil, la Junta se encastilla en las dificultades que existen para realizar nuevas contrataciones. Quieren mano de obra barata y no gastarse nada en mejorar las condiciones en las que trabajan los profesionales sanitarios. Cada día perdemos nuevos médicos; en Sanabria, dentro de nada, faltarán tres y seguro que las plazas no se cubren.... La Administración regional tiene que reaccionar, darse cuenta de que los pueblos no pueden perder también la sanidad".

"Tienen que reestructurar mejor el servicio, aumentar las plantillas o, al menos, gestionarlas mejor", apunta Paulo Nunes, que aclara que, en su estancia en Galicia, concretamente en Lalín, "la situación era otra, se trabajaba bien, no había agobios y notabas que la Administración estaba muy pendiente de la situación, de mejorar el servicio. No es tan difícil, hay que entender desde los despachos que el servicio sanitario hay que cuidarlo al máximo. De él depende el futuro del ámbito rural, Es la mejor manera de luchar contra la despoblación".