La sanción canónica impuesta a José Manuel Ramos Gordón de diez años apartado del ejercicio público como sacerdote y su ingreso, durante ese periodo, en un monasterio fuera de la Diócesis de Astorga es "decepcionante" para el colectivo de exalumnos de los seminarios de La Bañeza y Astorga. La reincidencia del ex párroco de Tábara como autor de abusos sexuales a menores, hechos que han sido probados en su etapa de educador en el colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria y en su destino posterior en el seminario menor de La Bañeza, es lo suficientemente grave para estos ex alumnos como para pedir que el sacerdote pederasta "sea excomulgado".

Así lo expresan en un comunicado que ve la luz un día después de que el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, hiciera pública la "sentencia" dictada por la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma tras la denuncia de un zamorano que dijo haber sufrido abusos sexuales de Ramos Gordón cuando, siendo un niño, estaba interno en el colegio diocesano Juan XXIII, entre los años 1981-1984.

El colectivo, que agrupa a exalumnos de Zamora, León, Galicia o Asturias, no pasa por alto el riesgo al que fueron expuestos, pues "después de las atrocidades" que Ramos Gordón cometió en el Juan XXIII, el "castigo" en ese momento fue trasladarlo al seminario de La Bañeza "y convertirlo en nuestro educador". Y en La Bañeza fue donde abusó de los hermanos gemelos como el propio pederasta ha admitido.

Los ex seminaristas también ponen el foco en los encubridores, pidiendo penas también para los que, "teniendo el deber de mediar, no lo hicieron". E inciden en la reparación económica para las víctimas "ante la imposibilidad de que se le pueda devolver la infancia robada".

Para el colectivo de ex alumnos de los seminarios mayor y menor de Astorga y La Bañeza "nunca es suficiente pena para las víctimas, las que sí saben lo que es vivir en el infierno; pero que la sanción canónica que ha recaído sobre José Manuel Ramos Gordón ante este nuevo caso, se considere por el Obispado como ejemplar, es seguir provocando dolor al sufrimiento. Nos sentimos decepcionados".

Consideran que "se condena a 10 años de vida contemplativa a un religioso. Y a esto lo llaman castigo. ¿Y se le puede llamar también condena a que un cura jubilado no pueda ejercer el sacerdocio?". Recuerdan que éste fue el compromiso con el colectivo de ex seminaristas cuando salió la primera resolución del Vaticano a raíz de la denuncia de F. L., antiguo seminarista de La Bañeza, por los abusos sexuales cometidos contra él y su hermano gemelo por quien fuera párroco de Tábara y otros pueblos de la comarca durante 26 años.

En el comunicado agradecen por otro lado el "valor" del obispo de Astorga, "movido, no nos olvidemos, por la Santa Sede" de hacer una "convocatoria pública" para dar a conocer la resolución del Vaticano "y pida perdón, una y mil veces, a las víctimas. Y nosotros seguiremos diciendo, una y mil veces, que uno cometió los abusos y que otros, responsables también de velar por nuestra seguridad, lo permitieron".