Los casos de abusos sexuales que están haciendo temblar los cimientos de muchas diócesis del mundo -los últimos escándalos han saltado en Chile y Estados Unidos-, han tocado de lleno en España al Obispado de Astorga, con dos casos ya sentenciados contra el sacerdote José Manuel Ramos Gordón, y otro en plena investigación que afecta a otro sacerdote de la diócesis asturicense. La denuncia de Emiliano Álvarez, antiguo alumno de La Bañeza, contra el sacerdote A. S. C. (párroco en un pueblo de Orense), propició la apertura de un proceso canónico cuya investigación ya está concluida, y las actas y conclusiones ya han sido enviadas a la Congregación para la Doctrina de la Fe para su resolución definitiva. Así lo confirmaba ayer el obispo de Astorga, quien se negó a adelantar cualquier dato porque "está bajo secreto pontificio, pero en cuanto haya una resolución la comunicaremos, como hemos hecho en este caso". Mientras estas víctimas siguen su batalla, otros abusados mantienen una lucha contra la prescripción de estos delitos. Es el caso del camino emprendido por el afamado pianista James Rhodes, quien ha llegado hasta el presidente del Gobierno en su lucha contra la prescripción de la pedofilia.

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