A. Bermúdez

Todos a una, como en Fuenteovejuna, los vecinos de Valparaíso decidieron remangarse y echar mano a las guadañas, hoces y rastrillos para segar con sus propias manos el campo de fútbol, donde la hierba ya casi llegaba a la cintura de la gente.

En una localidad sin niños, el fútbol es uno de los principales pasatiempos para los pequeños que en verano pasan unos días en el pueblo junto a sus abuelos, una actividad que este año se había trasladado a las calles al estar el terreno de juego invadido por la maleza. El campo se encuentra dentro de la masa comunal que gestiona la Junta de Montes Vecinales, un monte que está "asalvajado" debido a la falta de entendimiento entre una ganadería de vacuno y la propia Junta. Ninguna de las dos partes, ni tampoco el Ayuntamiento de Mombuey, se han encargado de adecentar la zona este verano. "Se pasan la pelota de unos a otros, pero los chavales no tienen la culpa de los conflictos de los mayores", es la conclusión a la que llegaron desde la Asociación Juvenil Los Payerotes, promotora de la limpieza organizada el pasado sábado junto a la Asociación Vecinal de Valparaíso.

Ahora, los montes de Valparaíso siguen invadidos por la vegetación, pero al menos ya se puede correr con comodidad por la cancha de balompié. Allí se celebrará este sábado un homenaje a Valentín Blanco Pérez, un vecino fallecido recientemente, que era "una de las personas que más vida daba a este pueblo", recuerdan desde Los Payerotes y desde la Asociación de Vecinos Santa Marina, dos colectivos en los que Valentín desempeñó un papel muy activo en los últimos años. Entre otras actividades, al homenajeado le gustaba organizar cada verano un partido de fútbol entre los más jóvenes del pueblo, partido que este sábado se volverá a jugar a pesar de su lamentable ausencia, y con su recuerdo muy presente tanto entre los jugadores como entre el público asistente al homenaje.

En más de una ocasión Valentín dio voz a las reivindicaciones de las gentes de Valparaíso ante instituciones como el Ayuntamiento de Mombuey, colaboró en todo tipo de proyectos vecinales y dejó un buen recuerdo no solo en su pueblo, sino en toda la zona de La Carballeda.

De hecho, varias asociaciones de la comarca ya se juntaron en su honor en el punto más alto de la Culebra, Peña Mira, para poner en valor a una persona que dedicó su vida a "luchar de forma decidida y sin miedos, por la libertad, la igualdad y la solidaridad de los pueblos, y de las personas, participando en todas las movilizaciones realizadas en la provincia". Dicho acto se celebró tras una marcha que se viene celebrando en los últimos años para llamar la atención sobre la problemática de la despoblación.