No es ningún secreto, pero no está mal que nos golpeen de vez en cuando con un martillo en el dedo: el sector agropecuario zamorano reacciona lentamente a la hora de adaptarse a los gustos del consumidor. El informe está firmado por el Colegio de Economistas de Valladolid. Los técnicos no descubren nada nuevo, pero vuelven a meter el dedo en la llaga: hay que transformar en la provincia las materias primas que se generan en ella. Lo de siempre. La asignatura pendiente. Si Zamora fuera capaz de convertir en alimentos lo que produce su campo, se acabaría la crisis estructural que sufre la provincia desde siempre. Y hasta la despoblación. Así de claro. Pero, entonces, ¿por qué no lo hacemos? Se supone que porque somos incapaces, no tenemos los suficientes medios ni capital, ni ganas. Vaya usted a saber.

Zamora está a la cabeza de España en producción de leche de oveja, con más de cien millones de litros, genera otros 120 millones de leche de vaca, suma más de 400.000 cerdos, casi 700.000 ovejas con derecho a ayudas PAC, la producción cerealista supera las 800.000 toneladas, maíz, remolacha, producción avícola, viñedo... una riqueza que está ahí y que más de la mitad sale fuera para su transformación, proceso en el que está el beneficio, además, claro, de en la comercialización.

El informe del Colegio de Economistas de Valladolid, el de Castilla y León, recogido por Diego G. Tabaco es claro: "Las industrias y explotaciones requieren elevadas inversiones ya que los ciclos de producción son relativamente largos y se necesita más infraestructura transformadora y comercializadora, ya que las tendencias del consumo incrementan la demanda de productos elaborados". Las entidades financieras tienen la palabra y también la iniciativa privada pero, visto lo visto, en las últimas décadas, tampoco se puede ser demasiado optimista.

También hay mensaje optimista de los técnicos. El informe reafirma las grandes oportunidades de la agricultura de la región, el único sector en el que la comunidad puede competir de igual a igual con el resto de regiones del país. Pues eso, una de cal y otra de arena.