El alcalde de Rosinos de la Requejeda, Ángel Prada Barrios, aprovechó su último pleno como presidente y concejal de la corporación para dar cuentas y saldar deudas, antes de hacer efectiva su renuncia y despedirse de sus concejales. Prada abrió el pleno dando cuenta de los informes de Alcaldía, que se centraron en el estado de cuentas en que deja la alcaldía con una cantidad depositada en las entidades bancarias de 702.352 euros, de los que la mayor parte, 424.614 euros, están depositados en la cuenta de Caja Rural. Prada hacía este balance para "acallar los rumores como si tuviera el dinero en el bolsillo". Desglosó las últimas inversiones ejecutadas el pasado año, en particular las pavimentaciones en los anejos con fondos propios del superávit municipal, a mayores de los 702.352 euros que están depositados a fecha de ayer. La inversión en estas obras fue de 1.150 euros por habitante, como precisó el alcalde.

Hay disponibles 472.510 euros pendientes de gasto en los pueblo, con la salvedad de que hay pueblos que gestionan sus propios ingresos de la corta de pinos, entre otros. Para Rosinos quedan pendientes 258.889 euros; Santiago de la Requejada, 6.059 euros; en Doney, 7.569; en Escuredo, 7.346 euros; en Carbajalinos, 136.971; en Villarejo, 13.139; en Anta de Rioconejos, 13.397 y en Monterrubio, 12.140 euros.

Tras aclarar la situación económica, el todavía alcalde entró a contestar a la sentencia que le inhabilitó para el cargo. Prada abrió su intervención con "solo quiero decir dos pinceladas. Hay veces que ni hasta los escritos no se saben interpretar. Cosa que es muy sencilla". Tras leer un breve fragmento de la sentencia, incidiendo en las fechas de los escritos del 21 de diciembre, donde se requería valorar el nombramiento, "y se recibió el 13 de marzo del año siguiente". El alcalde se defendió "se me condena por pasividad, por tardear de diciembre a marzo". Hizo la salvedad de que "no quiero inculpar a la Audiencia, ni decir que fuera intencionadamente, que esto lo reconoció".

El segundo aspecto que quiso aclarar fue "se me condena por algo distinto a lo que se me acusa". Defendió que "desde el 10 de junio de 2003, dos años antes de hacerse cargo de secretaría, en la primera sesión en el punto cuarto, el señor alcalde en el uso de facultades, procedió a delegar en el primer teniente de alcalde, Emilio Lorenzo, las competencias referidas a Régimen Interior y Personal". El alcalde realizó esta misma delegación en 2007, en 2011 y en 2015. También apuntó su falta de apego al cargo, cuando en las últimas votaciones había ofrecido a su teniente de alcalde, Emilio Lorenzo, encabezar la candidatura.

Ante estas afirmaciones el concejal del PP, Jesús Monterrubio, intervino para afirmar que "yo no sé por qué la Justicia actúa por supuestos" ante las reiterada exposición de que se habían delegado estas funciones de Alcaldía. Monterrubio achacó su condena a que "llevabas muchos años llevándote todos votos".

Tras corroborar la valoración de su concejal "ahora has dicho la verdad", Prada pasó a saldar cuentas con la oposición que "desde 1979 no solo han perdido las elecciones aquí, sino las locales, las autonómicas, la generales y la europeas". El concejal socialista, Benjamín Utrera, contestó que las habían perdido "legales y sin marcar votos", lo que enfadó al alcalde que le advirtió de consecuencias. También sacó unos impresos de redes sociales donde se refería a él como "el Pujol de Sanabria", escrito que negó haber hecho el concejal Utrera.

Para el final dejó la diatriba contra "el satélite de Sanabria", la persona que inició la denuncia contra el alcalde ante la Fiscalía por la contratación de su hija. En este caso dio lectura a la sentencia que condena a esta persona a 6 meses de prisión y 6 meses de multa por la falsificación de documento público, tipificado en el artículo 392 del Código Penal.

Prada cerró su último pleno con un agradecimiento y la despedida de los concejales que le han acompañado en todas sus legislaturas, a los votantes, a los amigos porque "el 80 y pico por ciento de los votantes ni puede estar equivocado". El teniente de alcalde reconoció que hubiera preferido acceder a la alcaldía ganando unas elecciones o por la renuncia voluntaria de Prada, pero "no así".