Figueruela de Abajo celebró el pasado fin de semana las fiestas de agosto en un ambiente de reencuentro entre los vecinos y los veraneantes que regresan estos días a su pueblo de origen.

Uno de los atractivos de estas celebraciones fue la cena de hermandad. Para tan especial ocasión, los vecinos reunieron hasta nueve potes tradicionales y de gran tamaño para cocinar el estofado. La curiosidad reside en que estos utensilios de cocina eran los que antiguamente se empleaban en las comidas y las cenas que sucedían a las bodas.

El evento reunió el pasado viernes a más de 300 personas entre vecinos y veraneantes. El estofado de carne con patatas estaba compuesto de carnes de ciervo, jabalí y corzo. Las brasas fueron atendidas por una decena de vecinos que hicieron las veces de cocineros.

Y como la cocción se hace más amena si uno está bien acompañado, durante el tiempo que duró la preparación hizo acto de presencia el grupo de gaiteros "Gaitas y más". El sonido de las gaitas se fundió con el de los tambores durante la actuación que continuó más tarde por las calles de Figueruela de Abajo.

Los comensales dieron buena cuenta del tradicional estofado y posteriormente se unieron a la fiesta de "Gaitas y más".