Pablo Carpintero Arias, Doctor en Ciencias por la Universidad de Santiago de Compostela y diplomado en Estudios Avanzados en Historia de la Música, además de Consultor de la Unesco en las Candidaturas a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad visitó días pasados varios pueblos de la comarca de Aliste (España) y aldeas la región de Tras Os Montes (Portugal) para continuar su documentación e inventariado sobre la historia de la gaita de fole.

De momento, hasta la fecha, lleva documentadas más de 260 construcciones de gaitas diferentes, así como 306 "punteiros" distintos que emiten sonidos "Tan diferentes entre ellos que parece mentira que estemos hablando de un mismo instrumento", apuntaba Pablo Carpintero Arias, apuntando que "antiguamente las gaitas se construían de forma artesanal y con utensilios rudimentarios y hechos por los mismos artesanos".

Cierto es que "un mismo artesano nunca construía dos gaitas exactamente iguales -ya que antiguamente los gaiteros eran músicos solitarios, acompañados de un tamborilero- por lo que no era normal ver a dos gaiteros tocando juntos. Nada que ver con lo que ocurre hoy en día que pueden tocar varios gaiteros juntos y sus instrumentos están perfectamente afinados entre sí".

En la fronteriza aldea de Sao Martinho de Angueira Pablo Carpintero Arias, acompañado de Andrés Castaño Fernández (Alcañices) y Ludy Domínguez Mendez (Nuez) fundadores de la agrupación "Manteos y Monteras", visitó a los hermanos Ramiro y Marcelino Pires Fernandes, al señor Patricio (José Joao Gonçalves) y a Pío Víctor Martín Moyano de Linarejos.

Entre los instrumentos documentados estuvo una gaita de más de 120 años, quizás una de las más antiguas de ras Os Montes, elaborada en madera de boj, negrillo y urz, cuyo primer propietario fue Joaquim "El Tumbailadas" de Cicouro que con ella hizo bailar a alistanos y trasmontanos en bodas, ferias, luchas de toros y romerías. En la actualidad está en manos de Augusto Bilber, un gaitero de 86 años de Sao Martinho. Fue construida de forma artesanal y no le falta ningún detalle.

Tras visitar varios pueblos y escuchar melodías en mirandés, por la tarde Pablo Carpintero Arias y sus amigos portugueses acudieron a documentar otra gaita en Carrazeda en el fronterizo concelho de Braganza.