Agapito Gómez García nació en Villarrín de Campos en 1943 y fue ordenado sacerdote en la Iglesia de San Andrés, el 30 de Junio de 1968 por el Obispo Eduardo Martínez González. Fue Villar de Fallaves su primer nombramiento como párroco. En 1972 fue nombrado párroco de San Esteban del Molar y encargado de Vidayanes, por el Obispo Ramón Buxarais. Le encarga, Eduardo Poveda, en 1980, las parroquias de Revellinos y San Agustín del Pozo.

Fue el 20 de Julio de 1992 cuando el Obispo Juan María Uriarte lo nombra párroco de Villafáfila y toma posesión el 13 de septiembre.

El Obispo Casimiro López Llorente le nombra encargado de San Agustín del Pozo en 2003. Tras la muerte del sacerdote Félix Martínez, fue encargado temporalmente de Revellinos, San Esteban del Molar y San Agustín del Pozo. En 2010 el Obispo Gregorio Martínez Sacristán le nombra encargado de la parroquia de Santovenia y en septiembre de 2016 le encomienda Tapioles. Y es, además, confesor de las Religiosas Clarisas de Villalobos.

Celebró sus Bodas de Oro con una Eucaristía solemne, presidida por nuestro Obispo Gregorio Martínez Sacristán, junto a los compañeros que cumplían 25, 50 y 60 años de sacerdocio así como con todos los sacerdotes de la diócesis, el 10 de mayo -festividad de San Juan de Ávila-, Patrono de los sacerdotes diocesanos-, en el Seminario de San Atilano de Zamora, donde realizó sus estudios de Filosofía y Teología.

También, el actual Obispo de León, Monseñor Julián López, compañero de Ordenación y estudios le invitó a la celebración eucarística, el día 30 de Junio, fecha que cumplían los 50 años de ordenación presbiteral. La Misa de la fiesta de San Roque es en Acción de Gracias por sus Bodas de Oro sacerdotales. Su labor pastoral, espiritual y social así como su entrega generosa a dicha comunidad, que bien se lo merece.

Don Agapito es una persona sencilla, humana y servicial a quien todo el pueblo quiere, respeta y admira, desde los niños hasta las personas mayores. Ha manifestado, en más de una ocasión, que fue bien acogido y se encuentra contento en nuestro pueblo.

El Cardenal Carlo Mª Martini escribió en su libro "Un tesoro en vasijas de Barro", en el apartado -El sacerdote, hombre de las relaciones-: "El sacerdote es, efectivamente, una de las principales referencias de las relaciones humanas, uno de esos que principalmente están rodeados de estímulos relacionales, y está llamado a saborearlos porque él es punto de referencia en las relaciones del hombre con Dios".

Más adelante, nos dice: "En el cristianismo, y sobre todo en el catolicismo, el sacerdote, que tiene entre las manos la eucaristía, es también el hombre a quien le son confiadas de manera privilegiada las relaciones fraternas con nuestras comunidades".

Y termina diciendo: "El sacerdote es, pues, el hombre de la comunicación, sobre todo en cuanto que es alguien que ha sido llamado por Dios a la comprensión y participación más profunda en el ministerio de la cruz? y gracias al poder del Resucitado". Y puede así realizar encuentros auténticos.

Por otra parte, leemos en la Carta a los Hebreos 5, 1-5 "Todo sumo sacerdote, en efecto, es tomado de entre los hombres y puesto al servicio de Dios a favor de los hombres?. Es capaz de ser comprensivo con los ignorantes y los extraviados ya que él está lleno de flaquezas y a causa de ellas debe ofrecer sacrificios por los pecados propios a la vez que por los del pueblo. Nadie puede arrogarse esta dignidad sino aquél a quien Dios llama como ocurrió en el caso de Aarón".

Así ha sucedido con don Agapito. El Señor lo llamó a trabajar en su viña y él ha sabido responder a su llamada generosamente, toda una vida.

Que su ejemplar testimonio de vida sacerdotal sirva para despertar nuevas vocaciones en nuestros pueblos, pues "la mies es mucha y los obreros pocos" nos dijo el Señor. Y actualmente es una realidad.

Al celebrar tan significativo evento, la comunidad parroquial de Santa Mª le felicita muy cordialmente, le agradece todos sus servicios religiosos, pastorales y le desea buena salud y que permanezca muchos años entre nosotros. ¡Enhorabuena!