Cientos de aficionados siguieron ayer con expectación el desarrollo del primer encierro taurino organizado este año en Bermillo de Sayago con motivo de las fiestas de Nuestra Señora de la Asunción. Algunos recortadores sacaron, además, el máximo juego a los novillos pisando los mismos suelos y haciéndose valer ante sus cuernos y arremetidas.

El inicio, previsto para las 11.00 horas, se hizo esperar un cuarto de hora, y arrancó sin disparo de cohetes porque así se aconsejó. Hasta el primer toro racaneó su salida del camión a pesar de las citas, pero una vez saltado al terreno del recorrido las emociones estuvieron a la orden del día. Eran novillos de encaste Domecq y de la ganadería del sayagués Luis Sánchez, radicada en el Tejar de Formariz.

El primer toro, nada más poner las pezuñas en tierra, acometió con bravura a todo lo que le ponían delante, con algunos aficionados preparados con banderas o a cuerpo limpio para medirse cara a cara con la res. De la veta del animal dio pronto prueba el hecho de que rompiera el pintón derecho, aunque siguió firme en sus embestidas tanto en la plaza como a lo largo del recorrido de la calle, con un intento que llamó la atención de intentar saltar las vallas para regresar al punto donde estaba el camión de salida. En algunos momentos el animal bramaba con ímpetu como reclamando el retorno a un lugar más acomodaticio y menos caluroso. Sin embargo acudió una y otra vez a las citas de los recortadores que aprovecharon la buena disposición del astado para ejercitarse en el siempre arriesgado arte del recorte al filo de los cuernos de este tipo de bovinos.

El segundo toro salió a escena como llevado por las ansias de liberación y, cuando apenas se había dejado ver por una y otra parte del escenario, esprintó con una velocidad sorprendente, arremetió contra las talanqueras consiguiendo meter la cabeza y doblar los barrotes, con la fortuna de traspasar la barrera y alcanzar el campo libre. Lo hizo por las inmediaciones de la iglesia y ante la mirada atónita de un público que quedó un tanto perplejo. Rápidamente salieron en tras sus pasos para controla al escapado, que a poco más de un kilómetro puso punto final en una colisión con un vehículo, pero tras dejar tras de sí algunos otros daños materiales en otro coche.

El encierro siguió su curso con la suelta de una vaquilla que, como viene siendo habitual en este tipo de reses, satisfizo las expectativas de los aficionados porque se comportó con verdadera adrenalina y sin complejos. El segundo encierro taurino -VI de calle- tendrá lugar hoy, a las 18.00 horas. Por su parte, las peñas seguirán rindiendo a un alto nivel.