El paradero de Celestino Benéitez Nieto, desaparecido de la residencia Conchita Regojo de Fermoselle, es un completo misterio una vez que la minuciosa revisión del centro residencial por la Guardia Civil, sirviéndose de perros especializados, concluyó sin resultado alguno.

"Se buscó de arriba abajo, habitación por habitación, y no se ha encontrado nada" expresaron fuentes de Cáritas, que gestiona el centro residencial. Para realizar esta exhaustiva supervisión fue necesario desalojar previamente a todos los residentes, y el escudriñamiento se llevó a cabo porque existía la idea de que Benéitez Nieto, natural de Formariz, pudiera estar en el recinto ya que nadie le ha visto por los exteriores: ni por el trayecto va hacia el monumento al emigrante ni por el pueblo, donde solía aparecer.

El negativo resultado no sorprendió en la residencia porque desde su desaparición habían realizado "unas ocho batidas" por todo el interior y estaba todo más que remirado.

"Ahora se barajan mil posibilidades y mil historias, pero todas sin una base sólida". Ayer mismo comenzó las búsqueda con especial calado en pozos y lagunas, "donde se utilizaron ganchos para sondear los fondos", pero será a partir de hoy cuando se intensifique la inspección del interior de estos escenarios, como es el caso de las existentes en la zona de Valdelahuerta y El Palomar, cercanas al surtidor, y que quedan en el camino de Fermoselle a Pinilla.

Fuentes familiares señalaron ayer que el siguiente paso previsto es revisar "con picas" los pozos. No se descarta que en algunos casos se proceda incluso al vaciado.

De este modo se comprobará si el desaparecido pudo caer o estar en alguno de estos escenarios fluviales. También se considera que el vecino de Formariz pudo haberse desorientado y haber marchado por alguno de los caminos o senderos de la zona. Fuentes locales manifiestan que hoy algún vecino acompañará a los agentes para indicarles el lugar donde se hallan pozos y lagunas.

Además, puede que también se organice alguna batida de voluntarios por puntos considerados como susceptibles de haber sido elegidos por el desaparecido. Mayormente se inclinan por examinar el territorio situado en la ruta de la residencia hacia la carretera CL-527 y de Pinilla y Formariz por sospechar que es la ruta preferida del Benéitez.

La última vez que se avistó al desaparecido fue el domingo por la mañana, hacia las 10.30 horas, cuando se desplazaba del centro Don Antonio y Doña Esther hacia el patio superior, de entrada al Conchita Regojo, para, presumiblemente, salir de paseo junto a su compañero Miguel Castaño, con quien había quedado una vez que éste saliera de la celebración de la misa.

A Celestino Benéitez se le echó en falta al no acudir a la hora de comer, "porque siempre asistía". Entonces se activó "el protocolo de fugas" y se procedió a buscarle en la residencia y en los alrededores, luego se llamó a la familia, a la directora del centro y a continuación se puso en conocimiento de la Guardia Civil. Se inició de seguido una batida por la zona, a la que se sumaron voluntarios de Fermoselle, y se amplió la búsqueda a Formariz, en todos los casos sin resultado alguno y sin ninguna pista.

Cáritas pone de manifiesto que Celestino Benéitez, aunque estaba en el módulo Don Antonio y Doña Esther, donde se hallan asistidos, gozaba de autonomía, de entrar y salir de la habitación y tenía libertad para ir y venir. El centro cuenta, además, con la autorización familiar para que disfrutara de la capacidad de movimiento porque da cierta calidad de vida.

Desde Cáritas se indica que "desde siempre albergaba la idea de irse a Formariz. Vino muy malito y cuando lo remontábamos y estaba bien siempre manifestaba la intención de ir a su pueblo. Los sobrinos le recogían y le llevaban a comer y le reintegraban". Añaden que era una persona "muy activa, muy dinámica y participativa".

Desde Cáritas se hace hincapié en que el complejo asistencial cuenta con una sección para residentes no válidos, el conocido área denominado Don Antonio y Doña Esther, pero recalcan que este lugar, construido para asistidos, está preparado para válidos, y Celestino Benéitez estaba alojado en el tercer piso que es para personas con autonomía para moverse.

Ponen de manifiesto que "son personas que están bien pero que pueden tener sus facultades mermadas. Si tuvieran sus capacidades plenas no estarían en la residencia. Llegan aquí porque hay cosas que no pueden realizar, como son comidas, limpiezas y otras aspectos que nosotros cubrimos. Aguantan en sus casas hasta que se ven limitados y luego vienen al centro residencial". Indican, además, que "somos conscientes de las limitaciones, pero buscamos que tengan calidad de vida", de ahí esta libertad para los válidos de moverse y disfrutar de los paseos.

La desaparición de Benéitez Nieto ha tenido una repercusión en el resto de los residentes que se han visto, como ayer, desalojados por unos momentos del interior y sacados al exterior. Sin embargo, fuentes de Cáritas remarcan que "están tranquilos". Afirman que "los más interesados en encontrar a la personas, junto con la familia, somos nosotros por la persona, por la entidad y por la residencia, donde hay otras 128 personas". El más afectado es el compañero de habitación "porque tenía una relación muy estrecha".

Celestino Benéitez es una persona archiconocida en la zona. En Fermoselle estos días está en boca de todo el mundo porque era visto con frecuencia en el pueblo, a donde también gustaba de dejarse ver. En Formariz su paradero es una preocupación general porque siempre hizo gala de un espíritu abierto y social. Como aficionado a la caza y al campo, mantuvo una inquietud y un notable dinamismo. Algunos pastores de Fermoselle le recuerdan por su buena disposición a ayudar.

No obstante, todos dejan constancia de que es un hombre de edad avanzada, el próximo miércoles cumple noventa años.