Modesto Espada Varela mantiene vital su inquitud creadora y su pluma y presenta su última obra "El recuerdo de un amor".

Es un trabajo dedicado a su compañera de viaje vital, Francisca, "aquella prima tan guapa que podría convertiré en el único amor de mi vida" según recoge.

Modesto Espada abre el relato con un planteamiento vital de las penurias de los niños de la posguerra, obligados a trabajar desde la infancia para contribuir a sostener a la familias, o al menos no ser una carga para los padres que lejos de poder pagar los estudios, tenían muchas dificultades para dar lo básico, el alimento, "un bien escaso" en palabras del autor.

El relato es una autobiografía del gaitero de Pedrazales que describe la precariedad en el medio rural, la necesidad de enrolarse en todo tipo de trabajos desde el pastoreo, a los carrilanos que construyeron el ferrocarril.

En medio del periplo vital, el enamoramiento de su prima Paquita, que marcó su emigración a Sevilla.