Una vecina de Figueruela de Abajo, de 95 años de edad y operada de cadera, regresó anteanoche a su vivienda a la una de la madrugada, después de haber sido dada de alta doce once horas antes en el hospital Virgen de la Concha de Zamora, según asegura la familia.

La situación es calificada de incomprensible por la familia, que expresa su malestar por las largas horas de demora, la falta de información y, en parte, por la atención prestada en algunos momentos y algunas personas en el centro hospitalario, actuando como si no existiera la personas a quien habían dado de alta.

Todo parecía una vuelta a casa adecuada, porque el alta fue recibida a las 13.00 horas del mediodía. Según fuentes familiares, "dadas las horas se comería en el hospital". Pero la situación se sumió en un desorden cuando las horas comenzaron a pasar y la salida de la paciente no tenía lugar porque no había ambulancia que realizara el servicio y nadie informaba del caso.

Así se llegó a la hora de la merienda y de la cena, "con la medicación suspendida" porque la mujer alistana había sido dada de alta. Fueron unas horas de espera que se fueron tensionando a medida que llegaba la noche y nada se sabía de la partida.

No obstante, los familiares sostienen que el trato de las enfermeras en el turno de tarde "fue maravilloso" porque, se interesaban por la persona.

Fue a partir de las diez de la noche cuando la situación alcanzó unos niveles tan penosos que una de las familiares, ante el estado reinante y no saberse nada del traslado, intentó poner una queja en el puesto de Control; pero se le indicó que debería hacerlo en Urgencias, que no llevó a cabo "por no dejar sola a la madre". A las doce menos cuarto un médico propuso realizar el reingreso de la vecina de Figueruela, pero tanto la mujer como la familia se negaron "porque quería irse para casa". La explicación que daban en el centro hospitalario, según fuentes familiares, "era que no sabían nada porque el caso era competencia de Ambulancias y se gestionaba en Valladolid".

"No es nuestro problema"

Las críticas de la familia son evidentes hacia el trato de algunas personas del turno de noche que, ante una persona dada de alta, consideraron que "el caso no era de su competencia ni su problema".

"A las 24.00 horas apareció la ambulancia, y el conductor nos dijo que había recibido el aviso de recogida a las 20.00 horas".

Tras recoger a la paciente, y recorrer los 85 kilómetros que separan el hospital de Figueruela de Abajo, la nonagenaria entró, por fin, en casa: el lugar al que pensó que llegaría a primera hora de la tarde o, al menos, en pleno día.

La familia pone de manifiesto, además, que atrás dejaron, en el centro, a otra mujer de la zona toresana que había vivido la misma situación.